Home Genre tragedy Reino de Fuego y Sombras I: Un mago inutil (Version Spanish/español)

Capítulo IX La torre de Liev

  Le tom� a Xavier varias horas llegar a la torre de Liev. Incluso en un carruaje de t鷐ulos lleg� a su destino a media tarde. La torre estaba ubicada al norte de Humol, justo antes del Desierto Infinito, fuera de alguna villa insignificante. Lo m醩 cercano era Telasa la ciudad real, a mediod韆 en un carruaje de t鷐ulos. Al norte, m醩 all� de la torre, solo esperaba muerte en la arena del desierto. Al este de la torre a unos cientos de metros iniciaba la selva de Morr, un lugar tan peligroso como m韘tico, lleno de monstruos y animales salvajes. Se dec韆 que no obedec韆 a ninguna ley ni principio; todo era irracional en su interior. Solo acercarse a las arboledas donde se iniciaba la selva daba una sensaci髇 desagradable, tanto a magos como a personas comunes.

  Xavier mir� a la Torre. Para 閘 era sorprendente. La construcci髇 de piedra y metal se extend韆 hacia el cielo unos diez pisos en una estructura s髄ida, no hab韆 ventanas que pudiese ver, y la entrada era una puerta de hierro enorme, como si hubiese sido dise馻da para la entrada de gigantes. Los primeros dos pisos eran para los estudiantes. Los dem醩 pisos eran para los guardias y caballeros de la torre, las viviendas de los maestros, as� como sus estudios personales. La torre guardaba todo tipo de tesoros y secretos en los pisos superiores. Frente a la torre se alzaba una estatua. Un hombre con una insignia con tres elementos, sombras, Fuego y Viento. Los documentos que le entregaron tras la ceremonia de afinidad elemental hablaban sobre Liev, un mago triple elemental. Decidi� iniciar por s� mismo la primera academia de magia, la Torre de Liev, ubicada entre la selva y el desierto. Era una de las zonas con mayor concentraci髇 de magia elemental en el ambiente. Se dec韆 que la calidad de la energ韆 m醙ica del ambiente afectaba a la capacidad de los magos para comprender y manipular los elementos. Los lugares m韘ticos que rodeaban a la torre la hac韆n el lugar id髇eo para entrenar magos. Liev entendi� esto y decidi� fundar la primera academia para magos all� mismo.

  Xavier estar韆 entrando en la academia con otros magos de diferentes zonas y reinos. Aunque pod韆n tener una mala relaci髇 unos con otros, dada su procedencia, el desorden en la torre de Liev era imperdonable y conllevaba la expulsi髇 inmediata. Todos los reinos ten韆n un acuerdo.

  獿a torre de Liev y otras academias primarias son territorio neutral. Los maestros magos de las torres no obedecer醤 a ning鷑 pa韘. Los nobles y reyes no tienen ning鷑 poder sobre la torre de Liev ni otras academias mayores�. Por 鷏timo, estaba estrictamente prohibido atacar o interferir militarmente contra la torre. Esto no inclu韆 a las academias privadas o academias menores, muchas de las cuales ten韆n relaciones directas con los ej閞citos de sus respectivos reinos y la alta nobleza.

  Adem醩, ser韆 un suicidio. Los magos m醩 poderosos del mundo, los 玬agos titulados�, viv韆n y eran maestros en las academias mayores, como la torre de Liev. Habr韆 que estar demente para intentar enfrentarse a esos monstruos. Sin embargo, los maestros eran libres de participar en operaciones no b閘icas para el reino donde viv韆n, exploraci髇 de lugares m韘ticos en busca de materiales 鷑icos, caza y exterminaci髇 de monstruos, erradicaci髇 de zonas asoladas por miasma que no se pueden manejar con escuadrones de subyugaci髇. Estas eran algunas de las misiones realizadas por los maestros. Si un reino decid韆 inmiscuir a un gran maestro de una de las academias en una guerra entre reinos, podr韆 desatarse una guerra total, esto solo traer韆 la muerte de miles y una destrucci髇 sin igual.

  Los grandes maestros que alcanzaban un estatus legendario no ten韆n apellidos. Se les conoc韆 por sus t韙ulos. En la torre de Liev hab韆 dos maestros titulados.

  Emeral, conquistadora de Flamas. Maga de fuego.

  Robalt, amo de los Vientos. Mago de viento.

  El resto de los maestros eran magos de gran poder, pero no eran comparables con los dos grandes maestros. Durante los pr髕imos dos a駉s, Xavier y todos los magos reci閚 reconocidos iniciar韆n su vida y entrenamiento en la torre. Los maestros se encargar韆n de ense馻rles a controlar y utilizar la magia, recibir韆n adiestramiento como guerreros y luego les lanzar韆n al mundo. Xavier reafirm� su voluntad y se acerc� a la puerta. Los caballeros que hac韆n guardia en la entrada eran imponentes. Sus armaduras, negras como el carb髇, parec韆n emitir un brillo leve, les rodeaba un aura que generaba un cierto miedo en quienes se acercaban. Revisaron sus documentos y su insignia.

  —Esta es la torre de Liev, mago de sombras. Una vez atravieses estas puertas perder醩 tu estatus, tu poder social y tu libertad. Los maestros son la autoridad en la torre de Liev y sus 髍denes ser醤 obedecidas. Las 鷑icas tres formas de salir de esta torre son graduarse, morir o ser expulsado —advirti� uno de los guardias—. 縀ntiende esto?

  —Lo entiendo.

  Uno de los guardias se dio la vuelta y empuj� con un dedo la enorme puerta met醠ica, que cedi� como si fuese tan ligera como el papel. Xavier esperaba un chirrido met醠ico o alg鷑 ruido, pero la puerta se movi� en silencio y de forma suave, abri閚dose de par en par. Acto seguido, los guardias le se馻laron que avanzara y le permitieron entrar a la torre. Tras la puerta se encontraba un pasillo largo, ancho y alto, iluminado por flamas que se manten韆n est醫icas en el aire por s� solas. Al final se abr韆 a una sala-teatro amplia, que podr韆 acomodar a m醩 de cien personas, con varios asientos y un escenario al frente. La sala estaba bien iluminada por las flamas flotantes. El suelo era de m醨mol y las paredes de piedra, la decoraci髇 era escasa, salvo por alg鷑 estandarte de la Dinast韆 y las alfombras. Al entrar en la sala, un caballero le orient�.

  —Tome asiento y espere al resto.

  Xavier se sent� en uno de los asientos disponibles. A su lado, una bolsa de tela con sus escasas pertenencias. Al mirar alrededor se dio cuenta de que la mayor韆 de los j髒enes magos tampoco ten韆n mucho. En la mayor韆 de los casos solo ten韆n una maleta, aunque unos pocos tra韆n un mont髇 de equipaje. La gran mayor韆 de los j髒enes magos le resultaban desconocidos, tal vez de otros reinos o aquellos que despertaron en meses anteriores o posteriores a 閘. A lo lejos, en las primeras filas a su derecha, vio caras familiares: Clinton y Astrid. A su izquierda estaban Maurius y alg鷑 otro de los presentes en la ceremonia de la torre de la Guardia, pero no recordaba sus nombres. M醩 j髒enes magos continuaban entrando.

  Tras unos minutos, los guardias entraron en la torre y la puerta de la estancia se cerr�. Cinco personas subieron al escenario frente a los j髒enes magos.

  —Buenos d韆s, j髒enes aprendices de mago —salud� un hombre alto y de piel oscura. Pasaba de los cincuenta. En su pecho ten韆 una insignia de mago de sombras con una peque馻 insignia de fuego.

  —Mi nombre es Delf韓 van Kramen, soy el director en jefe de esta academia. Bienvenidos a la torre de Liev. Como ya deb閕s haber le韉o, vuestro entrenamiento durar� dos a駉s. Durante los pr髕imos seis meses os entrenar� y dar� clases b醩icas de manipulaci髇 y control de energ韆 m醙ica. Aprender閕s a controlar tanto la energ韆 ambiental como la de vuestro propio cuerpo. Una vez terminados estos seis meses, tendr閕s clases con un maestro espec韋ico, seg鷑 vuestro elemento. Despu閟, tendr閕s entrenamiento de combate y nos seguiremos viendo durante las clases de teor韆 general sobre monstruos. Esta informaci髇 no deber韆 ser nueva. Ya hab閕s recibido la documentaci髇 que lo explica y quiero creer que hab閕s sido responsables. Sin m醩 pre醡bulos, os presentar� al resto de los maestros.

  Delf韓 cambi� su posici髇 y se馻l� hacia los maestros a su espalda.

  —Primero, maestro Gaelion van Dumn. Ser� vuestro maestro de magia de agua —anunci� Delf韓 a uno de los maestros.

  Un hombre de piel blanca, bajito de estatura y gordo, cercano a los cincuenta a駉s, barba negra y larga, con una nariz redonda, prominente y enrojecida, se acerc� al frente. Vest韆 con un fino traje de seda de color rojo oscuro.

  —Os ense馻r� a los magos de agua a utilizar vuestra magia y, adem醩, ense馻r� a los magos de otros elementos c髆o pelear contra magos de agua.

  —Ser� un placer ense馻r a un grupo de j髒enes prometedores como vosotros —dijo Gaelion con una reverencia, volviendo luego a su posici髇. Su voz era como un pitido casi gracioso, similar a la voz de alguien con la nariz tapada.

  —Siguiente, maestra Amelia van Fursthe. Ser� vuestra maestra de magia de tierra —anunci� Delf韓 para dar paso al siguiente maestro.

  Una mujer alta, que aparentaba tener menos de cuarenta a駉s, de piel blanca, delgada, esbelta, con unos senos enormes, pelo rubio y largo, de ojos verdes claros, se acerc� al frente. Ten韆 un vestido blanco de gala, con guantes largos y un escote amplio que acentuaba a鷑 m醩 sus atributos corporales.

  —Es un placer conocerlos —dijo la profesora sonriendo. Ten韆 una voz suave y mel骴ica. Luego se dio la vuelta como si estuviese modelando. El contoneo de sus caderas y sus curvas llamaron la atenci髇 tanto de estudiantes como de caballeros y maestros.

  — La maestra Emeral, conquistadora de flamas. Maga titulada. Os ense馻r� todo lo relacionado con la magia de fuego —anunci� Delf韓.

  Una mujer morena, que estar韆 en sus cuarenta a駉s, alta, con un cuerpo fuerte, musculoso y tonificado, de pelo afro, se acerc� al frente. Vest韆 un pantal髇 y botas de cuero que resaltaban sus muslos gruesos y una chaqueta de cazador. Dos dagas colgaban de su cintura. Ten韆 aspecto de guerrera feroz.

  —Bienvenidos, magos. La selecci髇 de magos de este a駉 trae algunos talentos que estaremos encantados de instruir. Esperamos grandes cosas de vosotros —dijo Emeral para luego volver a su puesto.

  —Vuestro maestro de magia de aire. Otro mago titulado, Robalt, amo de los vientos —anunci� de nuevo Delf韓.

  Un hombre muy alto, delgado, con una piel de color blanco p醠ido, como el papel, se acerc� al escenario. Ten韆 un pelo negro y corto, con unas cejas gruesas, vest韆 un traje de noble de tela fina, de color verde. Hizo un peque駉 saludo y regres� a su posici髇 sin decir nada.

  —Ser� claro con vosotros —dijo Delf韓 torn醤dose a鷑 m醩 serio y sombr韔—. Esta no es una escuela. La torre de Liev es una academia para magos, soldados, guerreros que tienen un gran poder y deben entender que eso lleva una gran responsabilidad. Un mago poderoso es capaz de destruir una ciudad entera por s� solo. En el pasado, tragedias han ocurrido gracias a magos inmorales o que perdieron la cabeza y se embriagaron de poder. En este lugar aprender醤 magia, disciplina y autocontrol —dijo Delf韓, haciendo una pausa para mayor efecto dram醫ico, mientras miraba a los j髒enes.

  —Siete piezas de ropa. Eso es todo lo que vais a necesitar. Todo lo dem醩 es innecesario y ser� enviado a vuestras familias o destruido —anunci� Delf韓 mientras algunos de los nobles emit韆n gestos de sorpresa. Los nobles con familiares magos ya conoc韆n c髆o funcionaban las cosas en la torre. Los hijos de los nobles sin magos en la familia o que no reunieron suficiente informaci髇, se llevar韆n algunas sorpresas.

  玒o apenas tengo cinco�, pens� Xavier.

  —En el campo de batalla no hay ropas finas, no hay comidas especiales hechas por chefs, no hay sirvientes —grit� Delf韓—. Aprender閕s a utilizar vuestras habilidades en condiciones de estr閟, controlar閕s vuestras emociones, os ense馻remos a controlar vuestra magia para encender un fuego o cazar una presa, no solo para el combate. Se os instruir� en el uso b醩ico de armas y t閏nicas de supervivencia. Uso de magia en combates a gran escala. Aprender閕s a controlar vuestro consumo de magia, a trabajar en equipo. Cada miembro del equipo tendr� que cargar su propio peso sin retrasar a los dem醩 y contribuir a la misi髇. Esto no son unas vacaciones. This narrative has been purloined without the author`s approval. Report any appearances on Amazon.

  Algunas quejas se empezaron a escuchar entre los j髒enes.

  —縎iete piezas de ropa?, 縞髆o puede alguien vivir en esas condiciones?, es inhumano —se quej� Astrid con una voz que se pod韆 escuchar. Como ni馻 consentida y mimada, hab韆 tra韉o un mont髇 de maletas con sus mejores prendas y vestidos, entre otras cosas.

  —Os recuerdo que la torre de Liev no debe explicaciones a ning鷑 noble o reino. Nos reservamos el derecho de expulsar a todo aquel que no siga las instrucciones dadas. Os recomiendo que no nos pong醝s a prueba —amenaz� Delf韓.

  —縀n serio nos quitar醤 nuestras cosas? —pregunt� un joven mago de otro reino, que se encontraba cerca de Astrid.

  —No creo —contest� otro chico—. Es solo una estrategia de los maestros para instilar miedo.

  —Esta generaci髇 es la m醩 talentosa que hemos tenido en los 鷏timos diez a駉s, pero tambi閚 la m醩 impertinente, al parecer —dijo la maestra Emeral—. Guardias, revisad las pertenencias de todos los estudiantes. Solo se autorizan siete piezas de ropa y enseres personales como crestas familiares o sellos. Todos los dem醩 enseres ser醤 confiscados. La torre facilitar� las necesidades b醩icas durante su estancia.

  Normalmente, la selecci髇 de enseres personales se hac韆 en las habitaciones de los respectivos magos. Sin embargo, para dar una lecci髇, Emeral decidi� que se hiciera justo all�. Tras su orden, varios caballeros entraron en el teatro y empezaron a revisar las pertenencias personales de los estudiantes. Nuevas quejas se escucharon.

  —Cualquier persona que siga desobedeciendo ser� expulsada en el acto —amenaz� Emeral.

  Los hijos de los nobles con herencia de magos hab韆n sido avisados por sus padres y familiares.

  —Hagas lo que hagas, no antagonices a los maestros, especialmente cuidado con la conquistadora de flamas y el amo de los vientos. Sus t韙ulos los hacen intocables y no tienen ning鷑 reparo en abusar de ese poder. —Era una de las advertencias m醩 comunes.

  Sin embargo, algunos j髒enes nobles no escucharon y decidieron rebelarse.

  —Esto es un ultraje, la noble casa de los Van Lirian no puede permitir tal humillaci髇. iolar mi privacidad y revisar mis pertenencias como si fuese un criminal! Los Van Lirian somos descendientes de reyes, tercera familia ascendente al trono del Reino de Orphen. El hecho de que nuestra familia no tenga descendientes de magos no nos hace inferiores. Y yo soy el 鷑ico mago de nuestra venerable familia, y exijo que se me trate con respeto —grit� un chico ante la sala.

  —u� idiota! —susurr� Maurius, sintiendo algo de l醩tima por el chico.

  —h!, la venerable familia Van Lirian. Como el 鷑ico mago entre ellos, es cierto que debes tener una posici髇 especial y privilegiada —reconoci� Emeral mirando al chico, el cual sonre韆 con la cabeza en alto, mirando a los dem醩 por encima del hombro—. Guardias, remuevan al joven Van Lirian de la sala. Queda expulsado. Creo que es un trato adecuado para tal eminencia —orden� la maestra con una sonrisa. Mientras, el chico se quedaba con cara de sorpresa, sus ojos y boca abiertos de incredulidad.

  —u� l醩tima! —dijo Robalt—. El chico tiene una afinidad decente por el aire. Ten韆 que ser de mi elemento. —Mov韆 la cabeza de un lado a otro, haciendo gestos de decepci髇.

  —El viento es rebelde y dif韈il de domar, es vuestra naturaleza como magos de aire —dijo Amelia, gui襻ndole un ojo a Robalt, el cual se sonroj�.

  —縀xpulsado? No pueden expulsarme, soy Donald van Lirian, heredero de la familia Van Lirian, os vais a arrepentir de esto —gritaba el chico mientras forcejeaba con los caballeros que le arrastraban. Su fuerza era insignificante ante ellos. Sus armaduras encantadas eran muy diferentes a las armaduras b醩icas de otros caballeros. Les otorgaban una fuerza f韘ica muy superior a la de una persona normal.

  Pocos segundos despu閟, la puerta se abr韆 y Donald era lanzado al suelo frente a la puerta de la torre. Todas sus pertenencias fueron lanzadas hacia 閘 y la puerta se cerr� en su cara cuando intent� volver y reclamar.

  —Espero que todo est� claro ahora —dijo Delf韓 mirando a los j髒enes.

  La selecci髇 y revisi髇 de equipajes continu�. Todos los estudiantes cumplieron con las instrucciones. Aunque muchos ten韆n cara de descontento, ninguno se atrevi� a hacer una escena. Xavier mir� a aquellos magos que conoc韆. Clinton ten韆 la cara de piedra que usaba en p鷅lico e ignor� la mirada de Xavier. Astrid tambi閚 le ignor�; su rostro denotaba lo irritante que era para ella el tener que deshacerse de la mayor韆 de sus pertenencias. De aquellos magos conocidos, Maurius fue el 鷑ico que le devolvi� una ligera sonrisa al cruzar miradas.

  —Los caballeros les llevar醤 a sus habitaciones. Estar醤 juntos, seg鷑 su afinidad elemental y sexo, independientemente del reino al que pertenezcan. Tienen que aprender a obviar sus diferencias y trabajar en equipo, incluso si se odian. No se tolerar� ning鷑 tipo de desorden o disturbio en la torre. En una guerra entre reinos os podr閕s matar cuanto quer醝s, pero en un escuadr髇 de subyugaci髇 trabajar閕s juntos o todos morir閕s. Los monstruos y los no muertos no entienden de diferencias pol韙icas ni castas sociales —advirti� Delf韓. Tras estas 鷏timas palabras, los maestros se retiraron.

  Los nuevos magos eran asignados al primer piso de la torre de Liev. Los primeros seis meses sol韆n ser los m醩 duros. Afinidad elemental era el nombre del juego. Cada grupo de magos ten韆 asignada una zona seg鷑 su elemento y cada zona variaba con respecto a la siguiente. Dentro del grupo de magos de sombras solo hab韆 dos integrantes, ambos plebeyos. Normalmente, ning鷑 mago de sombras de clase noble ingresaba en las academias, a menos que se tratase de un mago dual con una afinidad 鷗il por otro elemento, cosa que era poco frecuente. Los magos de sombras eran in鷗iles, despu閟 de todo. Los nobles consideraban que ser un mago de sombras era una deshonra para la familia. Los magos de sombras que entraban en las academias generalmente proven韆n de los m醩 bajos estratos de la sociedad.

  Xavier mir� a su nuevo compa馿ro de vivienda, que estaba incluso peor vestido que 閘. Siguieron al caballero sin mediar palabra, hasta que llegaron a la zona que ser韆 su hogar durante el a駉. La puerta de la estancia era met醠ica, como todas las puertas que hab韆 visto hasta el momento en la torre. Algo llam� su atenci髇 de inmediato: estaba muy oscuro.

  —Esta es vuestra zona, aqu� dormir閕s y vivir閕s. Preparad vuestras pertenencias, tendr閕s que haceros cargo de la limpieza de vuestras propias ropas, en el ba駉 ten閕s lo necesario. La cena se sirve a las ocho y quienes lleguen tarde se quedar醤 sin comer. Os advierto de que hoy es un d韆 especial y que no volver閕s a recibir tal trato nunca jam醩. Aprovechad esta noche, ser� la 鷏tima en dos largos a駉s. Las puertas se abrir醤 a la hora de la cena. 緼lguna pregunta? — Ante el silencio, el caballero cerr� la puerta de metal, dejando a los dos chicos solos en las sombras.

  Un suave ruido de engranajes se escuch� tras el cierre de la puerta. Ahora, con la puerta cerrada, la escasa luz que entraba en el habit醕ulo hab韆 desaparecido. Los chicos se quedaron inm髒iles mientras sus ojos se adaptaban a la penumbra. La oscuridad siempre da miedo y los chicos no eran la excepci髇. Tras adaptarse a la oscuridad, se acercaron a la puerta.

  —Estamos encerrados—dijo Xavier tocando la puerta met醠ica. No hab韆 forma de salir de all�. Sus ojos se hab韆n adaptado un poco a las sombras y ve韆 la silueta de su compa馿ro.

  —緼hora, qu� hacemos? —pregunt� el otro chico.

  —Ni idea, esperar, supongo... Soy Xavier de Vonder —se present�, extendiendo la mano tras unos segundos de inc髆odo silencio.

  —Aleum de Taeria —respondi� el chico, estrech醤dole la suya.

  —縀res de otro reino, verdad? —pregunt� Xavier.

  —S�, Reino de Orphen —contest� Aleum.

  Las relaciones entre algunos reinos eran malas. Por suerte para ambos chicos, Orphen y la Dinast韆 de Poem eran bastante neutrales entre s�. Aunque a Xavier realmente no le importaban en lo m醩 m韓imo los conflictos de la nobleza, la realeza y los reinos, podr韆 ser un problema vivir con un 玡nemigo�.

  Los chicos miraron una vez m醩 a su alrededor, su vista mejoraba poco a poco y empezaron a identificar algunas estructuras. Una mesa, sillas, varias puertas. Dos de las puertas estaban marcadas, cada una con el nombre de uno de los chicos. La tinta emit韆 un leve brillo que la hac韆 visible en la oscuridad. La 鷏tima puerta marcada era el ba駉. Tras revisar las habitaciones, encontraron camas simples con un colch髇 demasiado delgado para el gusto de los nobles, pero para los plebeyos una bendici髇; armarios, una mesa de noche, una silla y libros. Para los nobles las acomodaciones eran deficientes, para Aleum y Xavier parec韆 una posada de 閘ite.

  —縌ui閚 puede leer en esta oscuridad?

  En la habitaci髇 de Xavier hab韆 un libro de magia de sombras y un segundo libro de magia de fuego. Xavier sostuvo ambos libros en sus manos y al contacto sinti� c髆o su energ韆 pasaba al libro y la insignia se iluminaba. Dej� el libro de magia de sombras y se qued� con el de fuego. Al abrirlo, las letras aparec韆n mientras su energ韆 m醙ica se drenaba.

  Hab韆 una nota en la primera p醙ina del libro de magia de fuego: 玈e debe estudiar la magia de sombras primero�. La magia de sombras era simple de utilizar y era muy efectiva para practicar el dominio de la magia. Aprender el dominio de un elemento facilitaba entender otro.

  Mientras tanto, los otros j髒enes magos se encontraban en la misma situaci髇, con ciertas variaciones. Maurius entr� al habit醕ulo que le correspond韆 con el grupo de magos de su elemento. Una corriente de viento soplaba de forma continua en la estancia, no hab韆 ventanas, el viento solo pod韆 ser m醙ico en naturaleza, parec韆 salir a trav閟 de las paredes de la torre. Tras la explicaci髇 correspondiente, el caballero cerr� la puerta. Los chicos entraron en sus habitaciones, camas, armario, mesa, sillas, libros y el continuo soplar del viento les esperaba. Maurius ten韆 cinco libros sobre su mesa, uno para cada elemento.

  —Tengo mucho que estudiar —se lament� Maurius con una mueca.

  La misma situaci髇 se le presentaba a Clinton. La estancia donde vivir韆n los magos de fuego ard韆, la temperatura era alta y el ambiente seco, apenas entrar, estaban sudando. Astrid se encontr� en un lugar con alta humedad y fr韔. El lugar donde vivir韆n los magos de tierra estaba todo hecho de roca, las paredes, las sillas, todo era de piedra, estos recibieron una instrucci髇 extra.

  —Deb閕s estar siempre descalzos —les recomend� el caballero—. A m醩 contacto con la tierra, m醩 f醕il os resultar� dominar vuestra afinidad elemental. —Tras terminar sus explicaciones, cerr� la puerta.

  Todos los chicos organizaron sus pertenencias en sus armarios y luego se sentaron a leer sus libros. En teor韆, los hijos de nobles con magos en la familia ten韆n una ligera ventaja. Sus padres ya hab韆n asistido a la torre de Liev, as� que ten韆n copias normales de la teor韆 de la magia, aunque los libros de la torre de Liev eran especiales. Sus p醙inas estaban imbuidas con tinta y papel que conten韆 trazas de materiales con afinidad por la magia, similar a los usados en los tests de identificaci髇 elemental. Para poder leer los libros ten韆n que utilizar energ韆 m醙ica. Aquella sensaci髇 desagradable que dejaba la extracci髇 de la magia era agotadora, pero les ayudaba a reconocer su energ韆, su flujo y como usarla. El 鷑ico factor que influ韆 en la velocidad de estudio eran las reservas de energ韆 del mago.

  Unas horas despu閟, el ruido de las puertas que se abr韆n les llam� la atenci髇. Los enormes trozos de metal ced韆n para darles algo de libertad. Los j髒enes magos salieron de sus habitaciones y se encontraron con los caballeros en la puerta. Fueron guiados hasta el comedor com鷑. Varias mesas con blancos manteles, cuberter韆 fina, lujos similares a los de una casa noble, les dieron la bienvenida. Las mesas estaban servidas de abundante comida de todo tipo y variedad, carnes asadas, aves, cocidos, quesos, frutas. Los maestros tambi閚 se encontraban presentes en una mesa al fondo.

  —J髒enes magos—les dio la bienvenida Delf韓. —El presente fest韓 es para conmemorar vuestra llegada. Disfrutadlo. Os recuerdo que la torre de Liev es una academia de magia, vuestra preparaci髇 incluye acostumbrarse al rigor de la guerra y sus necesidades. A partir de ma馻na recibir閕s raciones como las recibir韆is en un campo de batalla. Para muchos de vosotros no ser� de agrado la comida...  no nos importa!, no hay lujos en una zona de combate, no hay sirvientes, ni esclavos. Disfrutad de esta noche. No se volver� a repetir.—

  Los chicos empezaron a degustar el amplio men�. Aleum nunca hab韆 visto tanta comida y lujo en su vida y Xavier solo lo hab韆 visto en la fiesta de los Van Ferra. Mir� de nuevo en direcci髇 a sus conocidos. Solo Maurius le devolvi� la mirada, los dem醩 le ignoraron.

  獷ra de esperarse... oh, bueno�, pens� Xavier mientras devoraba otro trozo de ternera.

  玀e preocup� por nada, hay dos magos de sombras a mi disposici髇, ahora solo tengo que esperar el momento oportuno para completar las notas de Van Vatnik�, pens� Clinton mientras com韆 con la calma y el refinado estilo propio de un noble.

  El no encontrar el resto del manual en la torre de Liev solo retrasar韆 sus planes. Buscar韆 alguna forma de completar los diagramas, en su mente no exist韆 el verbo fracasar.

  Tras la copiosa cena, los chicos volvieron a sus habitaciones e iniciaron nuevamente su lectura sobre magia.

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