Home Genre tragedy Reino de Fuego y Sombras I: Un mago inutil (Version Spanish/español)

  Xavier tard� una semana en llegar a Orphen en las carretas comunes. Tras recoger sus pertenencias y dinero de sus escondites, tard� una semana m醩 en volver a la Dinast韆 de Poem. Era m醩 f醕il viajar cuando no eres un criminal. En lugar de volver a Humol, compr� algunos trajes en descuento a los mercaderes por un par de monedas de plata. El precio de las ropas hab韆 bajado, en cambio las raciones, armas, armaduras, drogas, medicamentos, eran las comodidades m醩 buscadas. Sus heridas estaban curando, pero a鷑 se pod韆n ver costras en su cara. Las quemaduras de drag髇 tardaban m醩 en curar y dol韆n m醩 de lo com鷑. Xavier viaj� a la torre de Liev.

  —Mago Xavier de Vonder. L韉er de la casa De Vonder —se anunci� Xavier a los caballeros en la puerta, mientras mostraba los papeles que le hab韆 dado Cliford, incluida su baja por heridas del ej閞cito, as� como el perd髇 y la revocaci髇 de su exilio.

  —縌u� desea el se駉r De Vonder? —pregunt� uno de los caballeros sin mucho entusiasmo. No eran los mismos caballeros de a駉s atr醩 cuando intentaron matarlo.

  —La torre de Liev retiene algunas de mis pertenencias. Me gustar韆 que me las regresaran —contest� Xavier.

  Uno de los caballeros entr� en la torre.

  —Maestro Delf韓, en la puerta principal hay un mago, Xavier de Vonder, 縬u� hacemos con 閘?

  Al escuchar el nombre, Delf韓 levant� la cara y mir� al caballero. Su rostro se torn� p醠ido por un momento, para luego cambiar a desprecio. 獷sa rata sigue viva�, murmur�. En su cara se pod韆 ver su ira. Sin embargo, record� sus errores, c髆o hab韆 asesinado a un mago inocente y exiliado a otro mientras promov韆 al verdadero culpable y lo recomendaba para los reguladores. Delf韓 a鷑 ten韆 algo de remordomiento.

  —縌u� quiere?

  —Dice que sus pertenencias est醤 en la torre.

  玃ertenencias�, pens� Delf韓 confuso. Tras pensarlo un poco record� que Xavier hab韆 sido expulsado de la torre sin nada, salvo los trapos que llevaba encima. Todas sus pertenencias hab韆n sido destruidas o tiradas a la basura hace a駉s. Todas excepto su insignia de mago.

  —H醙alo pasar.

  El caballero se retir� y luego escolt� a Xavier dentro de la torre. Xavier entr� al despacho del maestro de la torre con la cabeza en alto. En lugar de un traje de noble, estaba vestido con ropas de cuero duro, que eran las vestimentas m醩 resistentes que pod韆 obtener un cazador. No hizo reverencias, intentando se馻lar que no guardaba ning鷑 respeto al maestro. Por desgracia, un ataque de tos arruin� su instante de aparente superioridad. El humo negro que escapaba de sus pulmones delataba su situaci髇.

  獿a enfermedad del Miasma, al final acabar� muerto en unos a駉s, como todos los magos de sombras in鷗iles�. Pens� Delf韓. No pensaba demorar el asunto m醩 de lo necesario.

  —Se駉r Xavier de Vonder. No me andar� con tonter韆s. Sus pertenencias desaparecieron de la torre hace mucho tiempo. Solo tenemos su insignia de mago. —Delf韓 se acerc� a otra c髆oda en el despacho y abri� uno de los cajones—. Por favor, busque la suya —dijo volviendo a sentarse en su escritorio.

  Xavier se acerc� a la c髆oda mirando varias insignias. Fue f醕il encontrar la suya, estaba en la cima del mont髇 y grabada con la cresta que su abuelo se hab韆 inventado. La imagen del gorri髇 volando al sol le trajo recuerdos. Xavier tom� la insignia de mago dual con cierta nostalgia e ira. Cuando recibi� esa insignia pens� que su vida mejorar韆 y que tendr韆 un futuro m醩 prometedor. En realidad, hab韆 perdido a su familia, su inocencia, casi pierde la vida y ahora era un hombre enfermo, tal vez con pocos a駉s de vida. Los horrores vistos, las cosas que hab韆 hecho para sobrevivir, a veces ten韆 pesadillas. Lo 鷑ico bueno eran las diez monedas de oro en su bolsillo. Hab韆 gastado mucho viajando y recuper醤dose el 鷏timo mes, no hab韆 podido trabajar por sus heridas y al saber que sus d韆s pod韆n estar contados decidi� disfrutar un poco de buena comida, bebida y algo de compa耥a por unos d韆s.

  Mientras recordaba lo vivido, una insignia llam� su atenci髇. Conoc韆 la cresta, tres ramas secas formando un tri醤gulo. Con sus habilidades de ladr髇 y de forma discreta la tom� del caj髇, cerr醤dolo despu閟. Xavier coloc� su insignia en su chaqueta de cuero y se dio la vuelta hacia Delf韓. El maestro dej� caer dos monedas de oro sobre la mesa.

  —Compensaci髇 por sus ropas y otras pertenencias. Creo que es m醩 que suficiente —dijo Delf韓.

  —Vaya, qu� generoso. 緾髆o se compensan la tortura, exilio, intento de asesinato y toda la mierda que he pasado los 鷏timos a駉s? —pregunt� Xavier.

  —T�..., rrogante! —La ira en la cara del maestro era evidente. El aire alrededor de su cuerpo se calentaba, haciendo que su imagen se viera distorsionada. Se preparaba para el ataque.

  —delante! —grit� Xavier—. No ser韆 la primera vez que matas a un hombre inocente. —Le enfrent� tirando la insignia de Aleum sobre el escritorio del maestro—. 縇a reconoces?, dime, 縧a reconoces?

  El maestro rechin� los dientes, pero su energ韆 m醙ica se disip�.

  —En la vida tomo decisiones por el bien de la Dinast韆, tengo el deber de detener y eliminar a los brujos all� donde se escondan. Si alg鷑 desgraciado cae en el proceso, ue as� sea! —se excus� Delf韓, mirando a Xavier a los ojos por primera vez.

  Xavier se acerc� m醩 al escritorio hasta que su cara qued� frente a Delf韓, recogi� las monedas y la insignia de Aleum, mirando a Delf韓 a los ojos.

  —Recordar� esas palabras. —

  Se dio la vuelta y sali� del despacho, dejando detr醩 a un irritado y humillado Delf韓. Tras atravesar la puerta principal de la torre de Liev, Xavier se detuvo un momento frente al bosque. La selva de Morr hab韆 sido su forma de escape cuando fue exiliado de la Dinast韆. Sin embargo, la selva frente a 閘 no ten韆 aquel elemento m醙ico de anta駉, esa sensaci髇 de malestar que trasmit韆 solo con acercarse hab韆 desaparecido. Mir� al Desierto Infinito. Ya no era infinito, en la distancia se pod韆 ver la monta馻 que hac韆 de centro del mundo de los dragones. Todo hab韆 cambiado tras la ruptura del cielo. Aunque la selva de Morr a鷑 era peligrosa, ya no era un laberinto m韘tico, pero basiliscos y otros monstruos a鷑 rondaban en su interior. Algunos mercenarios valientes ya empezaban a aventurarse entre sus 醨boles en busca de tesoros no reclamados.

  —Es hora de poner las cosas en su lugar —dijo Xavier tomando el camino a Farpas y dejando detr醩 la torre de Liev.

  Toda la villa se sorprendi� al ver a Xavier vestido de cazador acercarse por el camino. Los hombres y mujeres que hab韆n sobrevivido a la invasi髇 de Veldat estaban en el campo trabajando como anta駉, la villa era incluso m醩 miserable que antes. La invasi髇 del Reino hab韆 diezmado a la poblaci髇 de Humol. Casi todas las villas hab韆n perdido habitantes, y si incluso el pueblo y el hogar del se駉r Efrir hab韆n sido atacados, los plebeyos de las aldeas lo pasaron aun peor. Los 鷑icos que sobrevivieron fueron aquellos que no estaban en la villa durante el ataque o los que huyeron ante la primera se馻l de la invasi髇. Xavier ignor� a los campesinos y sigui� su camino hacia la que fue su casa.If you discover this tale on Amazon, be aware that it has been unlawfully taken from Royal Road. Please report it.

  La puerta de la casa estaba abierta, alguien hab韆 estado us醤dola. Xavier entr� sin pedir permiso y miro a su alrededor. Mientras tocaba la mesa de madera r鷖tica con su superficie rugosa empez� a recordar muchas cosas y a sentir nostalgia, despu閟 de todo hab韆 vivido su infancia bajo este techo. En ese momento unos pasos se acercaban. Su hermano Orli entraba por la puerta.

  —Vaya, sigues vivo, hermanito —fue el saludo de Orli.

  —Ya no soy tu hermano, mis hermanos no me venden a los guardias.

  Orli estaba vestido con las t韕icas ropas sucias y destrozadas de los campesinos. Su cara ten韆 una cicatriz en el lado derecho, hab韆 perdido un ojo y una oreja, mostraba deformada la nariz y el labio superior, y cojeaba de una pierna.

  —縌u� te hace pensar que no volver� a hacerlo?

  —h!, puedes hacerlo, pero no conseguir醩 nada. Soy un hombre libre, me acusaron injustamente, como dije al principio.

  —Felicidades, 縌u� buscas aqu�?, Pa y Ma est醤 muertos y supongo que Ferol tambi閚. Un mont髇 de gente de la villa muri� con el ataque del Reino.

  —縋or eso est醩 as�? —Xavier se馻l� su cara.

  —No, esto fue despu閟. Me un� al ej閞cito como voluntario para atacar al Reino. Qued� malherido- Lo gracioso es que unas horas despu閟 hicieron las paces de forma temporal para pelear contra el mundo del Caos. Si hubiesen llegado a un acuerdo unas horas antes no estar韆 as�, mi sacrificio fue in鷗il. —Orli se sent� en una de las sillas de la mesa—. 縌u� haces aqu�?, 縱ienes a reclamar la casa, se駉r mago, l韉er de la gloriosa casa De Vonder? —Orli dijo esto 鷏timo con sarcasmo y riendo.

  —ft!, la gloriosa casa De Vonder, no es m醩 que un mont髇 de escombros y hambre. —Xavier abr韆 los brazos se馻lando la casa—. No, solo pas� por aqu� por nostalgia. Me ir� a vivir lejos, no quiero... —Un ataque de tos interrumpi� la conversaci髇.

  —Enfermedad del miasma —dijo Orli sin mucha emoci髇. Hab韆 visto magos enfermos en el campo de batalla. Se unieron al ej閞cito como mercenarios buscando algo de dinero—. 緾u醤to tiempo te queda?

  —Ni idea. Meses, a駉s, qui閚 sabe. No tiene importancia. Si los dragones pierden estaremos todos muertos, as� que da igual.

  Ya en todos los reinos se hab韆n escuchado las historias del frente, de c髆o cada drag髇 era tan fuerte como cien caballeros y tan poderoso como un maestro o un mago titulado. Sin embargo, el miasma segu韆 avanzando.

  —縏an mala es la situaci髇?

  —Peor que eso —contest� Xavier tocando la cicatriz de su cara.

  —Oye, lamento lo de los guardias, pap�... —Xavier le interrumpi�.

  —Ya s� que Euraclio se hab韆 vuelto loco y que se cre韆 un noble de verdad, cre韆 que por fin est醔amos destinados a la grandeza. Pero eso no quita lo que hiciste, no le eches la culpa a los muertos.

  Xavier se dio la vuelta, se qued� un segundo en el portal de la habitaci髇 principal, la nostalgia le invadi�. Esta era la casa en la que creci�, pero ya no era su hogar.

  —La casa es tuya, no la quiero, pero voy a despojarte del apellido. Solo hay un De Vonder. —Xavier se acerc� a la habitaci髇 que antes ocupaban sus padres y all�, en un caj髇, encontr� el sello de bronce de la familia. El anillo hab韆 sido destruido en la torre de Liev tras su exilio. Durante la invasi髇 nadie se molest� en robar un sello de bronce sin valor. Orli lo hab韆 encontrado en el suelo al lado de las ropas y todas las pertenencias sin valor de la familia.

  —Entiendo —respondi� Orli agachando la cabeza, despu閟 de todo hab韆 traicionado a su hermano.

  —Hasta nunca —dijo Xavier abandonando la casa. Ahora la familia hab韆 desaparecido para siempre.

  Seguro que Orli estallar韆 en ira si supiera que Xavier fue el responsable del ataque a Humol. Pero nunca se enterar韆 de ello; en lo que a Xavier respectaba, la villa lo ten韆 merecido.

  Xavier abandon� Humol con la intenci髇 de no volver jam醩; mientras caminaba, las im醙enes del cuerpo de Trina, su madre, su padre y su hermano Ferol en el suelo, llorando, aparec韆n en su mente. Se fue al norte, hacia Mola. Decidi� vivir en Fuera de Mola, estaba cerca del Reino de Orphen, donde ten韆 una reputaci髇 decente, y cerca de la selva de Morr. La selva de Morr a鷑 era peligrosa, pero era un lugar al que podr韆 huir, nadie entrar韆 all� a perseguirle de forma voluntaria incluso ahora, que no era un lugar m韘tico. Tal vez sobrevaloraba su habilidad para sobrevivir, pero si lo logr� una vez, cre韆 poder hacerlo de nuevo.

  玃refiero morir en la selva que caer en manos de personas�. Recordaba las torturas que sufri� o las que hab韆 presenciado durante su vida como fugitivo y al menos dentro de la selva no hab韆 castas sociales, conspiraciones ni planes nefastos, era todo supervivencia.

  Compr� un trozo de tierra en la zona m醩 alejada de la villa, casi adentr醤dose en la selva. Tras pagar a trabajadores y materiales, se hab韆 gastado tres monedas de oro en construcci髇. Su casa era peque馻, para una sola persona, pero estaba bien construida, no era lujosa pero si resistente. Las paredes de piedra, el techo de madera, tejas y barro. Su habitaci髇, una cocina/sala y la letrina. Aunque no ten韆 inter閟 en formar familia y las posibilidades eran escasas, incluy� una segunda habitaci髇, la vida daba muchas vueltas. No era mucho, pero era m醩 que suficiente.

  Xavier pasaba sus d韆s en paz; su 鷑ico malestar eran las pesadillas que ocasionalmente torturaban sus noches. Trabajaba lo justo en el campo y a veces participaba como mercenario en alguna misi髇 de escolta o entraba a los bosques a cazar. Poco a poco desarroll� el valor para entrar en lo que deber韆 ser la selva de Morr. Hab韆 rumores de unas hierbas que serv韆n para ralentizar la progresi髇 de su enfermedad. La selva hab韆 cambiado mucho. Ya no hab韆 nada de aquellos cambios bruscos de temperatura, ya no era aquel laberinto irracional que experiment� hac韆 a駉s. La selva de Morr era ahora una selva com鷑, pero nada corriente, su vegetaci髇 era abundante y nadie la hab韆 explorado, era f醕il perderse y hab韆 monstruos peligrosos. Mientras exploraba lentamente la selva y reclamaba para s� mismo sus recursos naturales, la guerra segu韆. Solo se enteraba de la evoluci髇 del conflicto mediante chismes que escuchaba en las tabernas de Mola.

  Casi un a駉 despu閟, la guerra termin� de forma abrupta. La Dinast韆 anunci� que sus magos de la corte hab韆n encontrado un hechizo que restitu韆 la barrera entre mundos. No m醩 mundo de miasma, no m醩 dragones, no m醩 guerra y reclutamientos. Sin embargo, el precio del 閤ito fue astron髆ico: miles de soldados reclutados, guardias, caballeros y magos de todos los reinos quedaron atrapados en el mundo de los dragones. Por supuesto, la Dinast韆 hab韆 sido la menos afectada, todos sab韆n que lo hab韆n hecho a prop髎ito, pero no se pod韆 hacer nada al respecto, los dem醩 reinos apenas ten韆n la fuerza militar para asegurar su territorio y defenderlo.

  La restituci髇 de la barrera afect� el mundo humano. El Desierto Infinito hab韆 cambiado; al llegar a cierto punto la direcci髇 en que te mov韆s cambiaba y te encontrabas caminando al punto de donde hab韆s partido. Se supon韆 que algo similar hab韆 sucedido con la selva de Morr, pero los monstruos de la selva eran m醩 peligrosos que los del desierto y al no ser una superficie abierta, con amplio rango de visi髇, era f醕il perderse, por lo que solo unos pocos valientes o desesperados se aventuraban en ella.

  Xavier se atrevi� a entrar en algunas ocasiones en la periferia de la selva en busca de aquellas yerbas de los rumores, pero al final las cosas se hab韆n vuelto peligrosas.

  Qu� es eso?�.

  Se pregunt� mientras ve韆 un grupo de reptiles devorar a un basilisco. Se hab韆 escondido entre los 醨boles cuando escuch� los gru駃dos y estruendos de la pelea. Seis lagartos m醩 grandes que un hombre atacaban a la enorme serpiente. A pesar de sus intentos de defenderse, los ataques combinados y sincronizados de los lagartos eran efectivos, su fuerza f韘ica era muy superior a lo que se esperar韆 de sus tama駉s y al final vencieron a la serpiente.

  Xavier prefiri� no correr riesgos. Si esas lagartijas pod韆n vencer a un basilisco, 閘 no tendr韆 oportunidad. Regres� a su casa. De ahora en adelante deb韆 ser cuidadoso con la selva de Morr; no quer韆 acabar en el men� de los lagartos. Incluso tras investigar en Farpas con los gremios de mercenarios y la biblioteca de la Torre de la Guardia, no pudo encontrar a qu� especie pertenec韆n los reptiles. Lo mejor era mantenerse alejado de la selva.

  Decidi� olvidarse de la selva de Morr, no entrar韆 all� a menos que fuera necesario. Eran d韆s tranquilos; no sab韆 cu醤to tiempo le quedaba de vida, pero intentar韆 vivir en paz. Eso se juraba todos los d韆s mientras ve韆 el sol ponerse desde el frente de su casa. Atr醩 quedaron las ambiciones, los sue駉s de riqueza, nobleza y poder de su padre y su familia, olvid� por completo su deseo de unirse a las altas castas. Despu閟 de todo, ese no era su mundo, hab韆 aprendido que el mundo de fortuna y nobleza estaba manchado con la sangre de inocentes y no quer韆 a馻dir m醩 fantasmas a sus pesadillas. De vez en cuando ve韆 en sue駉s los rostros de aquellos ni駉s, de Trina, de su familia, Mon, Aleum, los mercenarios, su camino a esta paz estaba cubierto de cad醰eres. El mundo estaba lleno de horrores y no quer韆 volver a formar parte de esas calamidades.

  FIN DEL TOMO I

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