Capítulo VI Una familia legendaria
Ahora que hab韆 sido reconocido como mago y que conoc韆 su afinidad elemental, Xavier ten韆 que elegir qu� hacer y c髆o vivir韆 el resto de su vida. Ten韆 un par de meses antes de que empezara el entrenamiento en las academias, a finales del und閏imo mes, pero antes de decidir eso, en el mismo edificio donde le dieron su insignia de mago, ten韆n que registrarse 閘 y su familia como miembros de la nobleza por l韓ea de sangre m醙ica.
—Buenos d韆s, su se駉r韆 —salud� el hombre detr醩 del mostrador, mirando al emblema en su pecho que le identificaba como mago. Viendo lo pobre de sus ropas, el funcionario sab韆 que se trataba de un campesino con un toque de suerte que ven韆 a registrarse como noble.
—Buenos d韆s, vengo a hacer un registro de nobleza —dijo Xavier, que ya hab韆 sido instruido por Elcir.
—Por supuesto. 縏iene un apellido de nobleza? —pregunt� el funcionario.
—Mi padre me ha dicho que nuestra familia pertenec韆 a la nobleza hace muchos a駉s. Se puede reclamar el t韙ulo anterior, tengo entendido. 縀s correcto? —pregunt� Xavier.
—Por supuesto. Normalmente se pide una contribuci髇 de cinco monedas de oro, pero los magos est醤 exentos de ello. 縀l apellido de su familia? —pidi� el funcionario.
—De Vonder —respondi� Xavier, sonriendo y con orgullo.
—Un momento— el funcionario fue a buscar en las estanter韆s. Busc� tomo tras tomo. Luego se fue a revisar en otro estante.
—Lo siento mucho, su se駉r韆. No hay ning鷑 registro de una familia noble de apellido De Vonder. Tambi閚 revis� los registros hist髍icos. No existi�, hasta donde el archivo real tiene constancia, un pueblo llamado Vonder —explic� el funcionario.
La sonrisa de Xavier desapareci�. Los nobles que conten韆n un 玠e� en su apellido lo hac韆n porque pertenec韆n a una peque馻 familia noble de un pueblo o ciudad. Por tanto, el apellido era el nombre del pueblo sobre el cual reg韆n. Si el pueblo no existe, no puede haber un noble de ese pueblo. Por tanto, 獶e Vonder� era un apellido inventado por alguno de sus antepasados. Por otra parte, los nobles con 玽an� en su apellido ten韆n nobleza por sangre, magos o descendientes de la realeza.
玂tra mentira y otra decepci髇�, pens� para s� mismo mientras miraba el anillo de bronce en su cuello.
—縀s eso una cresta familiar? —pregunt� el funcionario se馻lando el anillo.
—S� —contest� Xavier. —Mi abuelo dijo que pertenec韆 a nuestra familia hace siglos, pero...—
—Si quiere puedo revisar la existencia de un sello, a veces las pronunciaciones de algunos pueblos antiguos cambian y los apellidos finales no se parecen en nada a los originales, pero no ocurre as� con las crestas familiares, porque cuando se registran se hacen con un sello de sangre m醙ico. Por tanto, si su cresta familiar es noble, la encontraremos —dijo el funcionario invitando a Xavier a pasar a una esquina de la oficina.
Xavier y el funcionario se detuvieron junto a una roca redonda con m鷏tiples s韒bolos y runas grabadas. En el centro de la roca hab韆 una gema del tama駉 de un pu駉 de color rojo.
—Coloque el anillo sobre la gema y luego entregue una gota de sangre —instruy� el funcionario.
Xavier coloc� el anillo en la gema y, con la punta de la daga de Elcir, cort� su pulgar izquierdo. Un par de gotas de sangre cayeron en la gema.
—Ahora, ponga su mano derecha sobre la roca. Una vez reconocida la cresta familiar y su l韓ea de sangre, la gema brillar�. Si la gema no brilla... —
Xavier puso su mano sobre la roca, las runas en la roca comenzaron a brillar, Xavier ten韆 la sensaci髇 de que algo era robado de su cuerpo. Unos segundos pasaron, pero la gema segu韆 sin brillar.
—Lo siento mucho, su se駉r韆. Ni su apellido, ni su cresta familiar, ni su l韓ea de sangre existen en la historia de la nobleza —inform� el funcionario.
—Muchas gracias por las molestias— Xavier se dio la vuelta para marcharse. Ni siquiera se molest� en recoger el anillo.
Xavier estaba decepcionado, su padre sol韆 contarles desde ni駉s las mismas historias que le contaba su abuelo sobre grandes castillos, lujosos vestidos, grandes fiestas con comida y bebida abundante y tierras f閞tiles y dominios de sus antepasados.
—Si logramos probar el origen noble de nuestra familia, podremos recuperar nuestro honor y, tal vez, alg鷑 territorio —sol韆 decirle su padre.
Algunas familias nobles ca韉as en desgracia, que se cre韆n desaparecidas, con el tiempo florec韆n nuevamente, generalmente gracias a la aparici髇 de un mago entre los descendientes. Cuando un descendiente recuperaba el estatus de la familia, incluso pod韆n reclamar como propios terrenos abandonados y en ocasiones ten韆n derecho a disputar su territorio a otras familias nobles por la fuerza en un combate delante del rey.
Pero la familia de Xavier no era m醩 que una familia de pobres campesinos que se inventaron un apellido y una cresta familiar. Cabizbajo y con un nuevo fracaso, Xavier se dirig韆 a la puerta de la oficina de registro.
—Perdone, su se駉r韆. 縔a no desea registrar su t韙ulo nobiliario? —le record� el funcionario.
Xavier levant� la cabeza, reaccionando. Es cierto que no era un noble de familia, pero segu韆 siendo un mago y eso le daba derecho a ser noble. Xavier se dio la vuelta y volvi� al mostrador.
—Muy bien, se駉r. 緿esea registrar el apellido De Vonder? Puede cambiarlo a Van Vonder si lo desea —ofreci� el funcionario.
—No, voy a mantenerlo —respondi� Xavier.
No necesitaba una herencia de fama y gloria, no importaba, crear韆 閘 mismo su propia fama y gloria. Aunque no ten韆 nada, su elemento m醙ico era in鷗il y no ten韆 muchas oportunidades, estaba mejor que antes. El simple hecho de no tener que pagar una moneda de plata a la nobleza cada a駉 ya era suficiente. Adem醩, aunque no era m醩 que un mont髇 de escombros, su casa les pertenec韆. Yo no viv韆n en las tierras de Efrir, esos pocos metros de tierra eran suyos.
—緿esea registrar la cresta familiar?
—S�, por favor.
Ambos volvieron a acercarse a la roca. Instruido por el funcionario, Xavier volvi� a colocar su mano derecha sobre la roca. A la vez, el funcionario coloc� una gema azul en una hendidura. La gema azul empez� a brillar y luego la roja tambi閚 empez� a brillar, pulsando en sincron韆. La gema azul fue retirada. En su lugar se coloc� un bloque de bronce y la insignia de mago. La superficie del bloque de bronce fue transform醤dose hasta que se convirti� en un sello con la cresta de los De Vonder. La misma cresta qued� estampada en el centro de la insignia de mago. Xavier tom� el anillo, la insignia y el sello como fue instru韉o.
—Felicitaciones, su se駉r韆 —dijeron Elric y el funcionario.
Xavier y Elric salieron de la oficina de registro y se dirigieron a la salida de la ciudad, donde hab韆n dejado el carruaje tirado por los t鷐ulos. La tertulia entre los nobles en la torre de la Guardia tambi閚 hab韆 llegado a su fin. Varios nobles se hab韆n marchado y otros estaban ya saliendo de la torre para hacer papeleos o recoger las insignias de los nuevos magos. Maurius y Xavier se reconocieron y se despidieron con las manos desde lejos. Cuando Xavier y Elric llegaron a la puerta de la ciudad, los caballeros de guardia le felicitaron.
—Felicidades, su se駉r韆.
—Gracias —respondi� Xavier mientras 閘 y Elric sub韆n al carruaje.Stolen content warning: this content belongs on Royal Road. Report any occurrences.
El carruaje se dio la vuelta. Los t鷐ulos hicieron su magia y empezaron a desplazarse por el mundo, atravesando todo a su paso como fantasmas. Dentro, Xavier intentaba lentamente leer los documentos que le entregaron. Era un paquete de informaci髇 sobre la torre de Liev, donde algunos de los magos de todo el mundo van a entrenar y aprender a utilizar su magia. Seg鷑 el panfleto, la torre de Liev era una de las academias m醩 antiguas del mundo. Tras varias disputas, se hab韆 quedado en el territorio de la dinast韆 de Poem.
Hab韆 varias academias, cada reino ten韆 la suya y adem醩 exist韆n academias privadas que formaban a magos de diferentes reinos. La Torre de Liev ten韆 un estatus especial, independientemente del origen de un mago, si aplicaba para la academia o le era asignada por cercan韆 a su lugar de origen, la academia lo admitir韆. Solo los maestros de la academia de Liev ten韆n potestad para rechazar o expulsar a un mago de su instituci髇. Ni siquiera la rivalidad entre la Dinast韆 y el Reino de Veldat era suficiente para violar este acuerdo, solo algunos magos muy afines a Veldat rechazaban recibir instrucci髇 en la torre de Liev por decisi髇 propia. Estos magos normalmente entraban en las academias militares del Reino.
Los primeros seis meses, los magos estudian lo b醩ico de la magia, aprenden a manipular energ韆 m醙ica y magia elemental b醩ica. Durante otros seis meses realizan entrenamiento espec韋ico para su afinidad elemental y, el 鷏timo a駉, se les suma el entrenamiento de combate.
Ahora que todo hab韆 pasado y estaba lejos de nobles, caballeros, magos y funcionarios, Xavier se sinti� muy cansado. Solo era un chico, todo esto era demasiado para 閘, la historia noble de su familia no era m醩 que una mentira, su afinidad elemental por el fuego era muy d閎il, incluso si iba a la torre de Liev, su elemento predominante era in鷗il y acabar韆 en los escuadrones de subyugaci髇. Era una gran decepci髇. Elric se dio cuenta del estado de estr閟 del chico. Como un hombre mucho mayor, entend韆 la pesada carga que llevaba alguien tan joven. Record� lo dura que fue su vida hasta que logr� hacerse caballero. Tuvo suerte de sobrevivir a las batallas y guerras, pero muchos no lo lograron. Ahora ten韆 un trabajo m醩 relajado y menos peligroso; si hab韆 una gran guerra podr韆n reclutarlo de nuevo, pero en general sus funciones eran banales, como acompa馻r a talentos pobres como Xavier.
—Tranquilo, chico, estar醩 bien —le reafirm� Elric. En teor韆, deb韆 tratar con m醩 respeto a un noble, pero Xavier solo era un campesino cansado y perdido, no hab韆 ni un 醦ice de nobleza en 閘.
—No s� qu� hacer. Esto no es como esperaba —se quej� Xavier.
—Bueno, al menos eres un noble. Eso ya es una ventaja. Podr韆s intentar ganarte la vida como mago de sombras& —Aunque todo el mundo sab韆 lo limitado del futuro de un mago de sombras.
—La magia de sombras solo sirve para crear ilusiones corporales y magia de trasformaci髇 parcial. Es in鷗il, ya lo s�. No sirve en combate —confirm� Xavier—. Pero mi familia espera mucho de m�, la villa, todo el mundo... 縌u� voy a hacer?
—Vivir, no tienes elecci髇 —respondi� Elric.
Un par de horas despu閟, regresaban a la ciudadela de Mennor. Xavier subi� al carruaje tirado por caballos tras despedirse de Elric, el cual regres� a Farpas. Ya hab韆 ca韉o la tarde al llegar a casa. Xavier baj� del carruaje, estaba cansado. Su familia y algunos miembros del pueblo ven韆n corriendo del campo a recibirlo tan pronto vieron el carruaje.
—緾髆o es la ciudad real? —preguntaron sus hermanos.
—縇ograste reclamar el t韙ulo nobiliario de la familia? —pregunt� su padre.
—縑iste al rey? —pregunt� alg鷑 despistado del pueblo.
—縌u� elemento te toc�? —pregunt� su madre.
Ante esta pregunta, los hombros de Xavier cayeron. No respondi� a nada. Entreg� a su padre la piedra moldeada en forma de sello con la cresta de la familia. A su madre le entreg� el emblema identificativo de mago.
—縀sto qu� quiere decir? —pregunt� su madre sonriente.
—Mago de sombras —coment� uno de los vecinos.
—h! —Todos estaban decepcionados.
Xavier entr� en la casa y fue directo a la habitaci髇 que compart韆 con sus hermanos. Se tir� en la cama. Su padre entr� un poco despu閟.
—No importa, aunque seas un mago de sombras, somos nobles, hemos podido rescatar el orgullo de nuestra familia —le consol� su padre, altivo. Su rostro dibujaba con una sonrisa mientras imaginaba el futuro.
Xavier apretaba los pu駉s bajo las s醔anas sin decir nada. Sus hermanos y su madre estaban decepcionados. Esperaban algo mejor de 閘.
—Al menos pagaremos menos impuestos —opin� su hermano mayor, Ferol, volviendo al campo antes de que se fueran los 鷏timos rayos del sol.
—縉o vas a comer? —dec韆 su hermano Orli mientras cog韆 trocitos del pan de Xavier.
Xavier no hab韆 comido nada en todo el d韆, pero no ten韆 mucha hambre. Tantas emociones, sustos y estr閟 le arruinaban el apetito, incluso a un muerto de hambre como 閘. Sin embargo, no dejar韆 perder comida. Se levant� de la cama, fue a la estufa de piedra y cogi� el plato que su madre hab韆 guardado para 閘. La porci髇 era generosa. Tom� el pan y se sent� a la mesa con un vaso de agua. Tras empezar a comer su apetito se fue abriendo y empez� a devorar la comida con gusto.
獿as penas saben mejor con pan�, pens� Xavier. Ahora que hab韆 comido, se sent韆 m醩 tranquilo.
—Estoy muy cansado, 縫uedo irme a dormir? —pregunt� Xavier a su padre, que segu韆 mirando con obsesi髇 el sello de piedra en sus manos.
Tras no recibir respuesta, Xavier se fue a la cama. Cay� rendido de inmediato. A la ma馻na siguiente se despert� con los gritos de su hermano, como era habitual.
—Si no te despiertas pronto, te quedas sin desayuno —le grit� Orli.
獸ue todo un sue駉, solo un sue駉�, se dijo. Sin embargo, a鷑 ten韆 puesta su ropa de noble.
Xavier fue a la mesa. Ya su hermano Ferol estaba tomando alguna cucharada de su avena.
—Hey, esa es mi avena —advirti� Xavier.
—Al que madruga el cielo le ayuda —contest� Ferol. Esa era su respuesta habitual.
—C醡biate esas ropas antes de comer. No las vayas a manchar —le indic� su madre—. Si las manchas, perder醤 valor. Se pueden sacar unas cuantas monedas de cobre si las vendemos.
—Voy a necesitarlas para ir a la torre de Liev —dijo Xavier.
—ft!, olvida eso, la magia de sombras es in鷗il, todo el mundo lo sabe, necesitamos otra mano en el campo —refut� su padre mientras a鷑 miraba el sello. Estaba obsesionado con la pieza de bronce.
Xavier guard� silencio y fue a cambiarse. Ahora que era un mago de sombras se hab韆 vuelto in鷗il de nuevo, solo el hijo menor de una familia miserable en la villa de un pueblucho pobre. Xavier se cambi� a sus trapos rotos y remendados de trabajar en el campo. Al salir a la mesa ya Ferol se hab韆 comido la mitad de su avena. Xavier sab韆 que era mejor no discutir con su hermano mayor. Se sent� en la mesa y comi� lo que quedaba.
Volvi� al campo, al sol y al trabajo pesado, a la sensaci髇 del azad髇 en las manos. El sol quemando la piel sin compasi髇, el sudor corriendo por su espalda y su frente por momentos le hac韆n dudar de que todo no hab韆 sido m醩 que un sue駉. Ya nadie lo trataba diferente. Trina ni siquiera miraba en su direcci髇. Pas� de las miradas coquetas a ignorarle.
獳s� es mi vida, as� ser� siempre�.
Sin embargo, en su mente a鷑 quedaba la esperanza. Tal vez su traza de magia de fuego era suficiente para hacer algo.
Dos d韆s pasaron y el deseo de Xavier de perseguir un futuro como mago se hac韆 m醩 intenso. Pero para eso ten韆 que asistir a la torre de Liev. Su padre se opon韆 a la idea. 趌timamente su actitud hab韆 cambiado, cada vez se volv韆 m醩 prepotente, hablaba a los vecinos de la historia de su familia noble y se quejaba de que este trabajo duro de campesino no era adecuado para su linaje, entre otras tonter韆s.
Como todos los d韆s, se hab韆n levantado temprano. Con los primeros rayos del sol ya se encontraban labrando la tierra, cuando un carruaje se acerc� desde lejos. A鷑 no pod韆 distinguirse con claridad el emblema familiar, pero la forma y caracter韘ticas del coche no eran las del se駉r de Humol.
—linton! —expres� Xavier en voz alta. Hab韆 olvidado todo sobre la fiesta de los Van Ferra. A鷑 faltaban unos minutos para que el carruaje llegara a su casa. Xavier abandon� el azad髇 y ech� a correr.
Al llegar donde estaba su padre, le inform�.
—Debe ser un carruaje de los Van Ferra. Tengo que reunirme con Clinton, el futuro heredero de la familia. Ser韆 una ofensa no asistir. —Xavier no dijo nada m醩 y ech� a correr hacia la casa.
Se dio un ba駉 r醦ido, pero tan esmerado como pudo. Para el momento en que se hab韆 quitado la tierra de encima, el coche ya hab韆 llegado a su puerta. Efrir de Exel hab韆 facilitado a Clinton toda la informaci髇 que requer韆 sobre Xavier, su familia y un poco m醩. El cochero ya hab韆 hecho este recorrido y sab韆 d髇de ir. Merila sali� a recibir el carruaje. No era el del se駉r de Exel, tanto el coche como el escudo de familia eran diferentes, el dise駉 del escudo de los Van Ferra eran un par de pavos reales.
—Estamos buscando a su se駉r韆 Xavier de Vonder —anunci� el cochero.
—Mi hijo se est� cambiando de ropa. A鷑 no est� listo —inform� Merila.
—Entiendo, esperaremos.
Pocos minutos despu閟, Xavier sal韆 con su 鷑ico atuendo decente. El cochero baj� de su asiento y le abri� la puerta del carruaje. Xavier se dispon韆 a subir cuando le sorprendi� que el carruaje no estuviera vac韔.
—linton! 縌u� haces aqu�? —pregunt� Xavier.
—Vine a buscarte, obviamente —contest� Clinton con una sonrisa mientras recordaba la cara furiosa de su padre al enterarse de que hab韆 invitado personalmente a Xavier a su fiesta. Su padre se negaba rotundamente a aceptarlo, pero Clinton fue m醩 listo y le dijo que ser韆 una verg黣nza para la familia si un noble de clase alta no cumpl韆 con su palabra. Para echar sal en la herida, decidi� ir a buscar a Xavier en persona.
—Primero, necesitamos ropa —dijo Clinton mirando a Xavier de arriba abajo. Su traje de baja calidad no daba el corte para asistir a ning鷑 evento de la alta nobleza—. Cochero, cambiaremos al carruaje de t鷐ulos en Mennor, de all� iremos a Farpas —grit� Clinton abriendo una ventanilla.
—Entendido, su se駉r韆 —contest� el cochero usando las bridas para guiar a los caballos.