Home Genre horror Los Herederos de toma (Spanish/Español)

  Eduardo se adapt� con facilidad a la ciudad, sus calificaciones eran buenas, el dinero del seguro tras la muerte de sus padres le facilit� los fondos para la vida estudiantil. Su t韆 Luc韆 se encarg� de que tuviera buen control y conocimiento de finanzas. El dinero del seguro fue guardado exclusivamente para su educaci髇.

  Un a駉 despu閟, en s醔ado, Eduardo se encontraba en una fiesta con sus compa馿ros de la universidad, en una casa de playa; los padres de un chico llamado Rub閚 eran los due駉s. Era un bonito lugar de dos habitaciones a la orilla del mar, pintado de blanco.

  Rub閚 estaba tratando de impresionar a una de sus compa馿ras de clases, Mildred, por eso pidi� la casa prestada a sus padres y decidi� celebrar una fiesta con sus compa馿ros de carrera.

  Eduardo se encontraba sentado en la galer韆, cerveza en mano, escuchando el sonido de las olas, el viento y mirando la luna brillar sobre el mar. A lo lejos, en otro extremo de la playa, la luz del faro brillaba guiando a los barcos.

  —Marcos, pasa otra cerveza —pidi� un chico de baja estatura, moreno, llamado Willy.

  Un joven alto, rubio y bien parecido respondi� al llamado. Abri� el refrigerador, tom� una de las latas y la lanz� a su compa馿ro.

  —Ey, 縟髇de est� Rub閚? —pregunt� Marcos.

  —Creo que fue con Mildred a un asunto que ten韆n pendiente en el segundo piso —coment� una de las chicas, Marlene, al tiempo que hac韆 movimientos de cadera y se daba nalgadas.

  Los dem醩 explotaron en carcajadas.

  —a era hora!, esos dos llevan meses jugando al gato y al rat髇 —expres� Eduardo.

  Todos asintieron a ese comentario.

  —Okey, ellos se lo pasan bien all� arriba, nosotros estamos aqu� aburridos —se lament� otro chico llamado Esdra quit醤dose la camiseta. — Mientras tanto, tenemos todo un mar a nuestra disposici髇—

  —Vamos a nadar —apremi� Madelen quit醤dose la camiseta, no ten韆 sujetador, sus senos firmes quedaron al aire libre.

  —Pffffff —fue todo lo que sali� de la boca de Willy a la par que echaba cerveza por la nariz.

  Antes de que pudieran procesar lo que ocurr韆, Madelen estaba totalmente desnuda camino al agua.

  Eduardo se qued� contemplando las curvas de la chica que sal韆 de la casa. Marcos se le acerc�, le dio una palmada en el hombro y le afirm�:The author`s content has been appropriated; report any instances of this story on Amazon.

  —Va a ser una noche divertida.—

  Pero Eduardo no tuvo tiempo de abrir la boca, su rostro se transform� en una m醩cara p醠ida, dio vueltas mirando en todas direcciones como si estuviese buscando a alguien.

  —縌u� pas�? —consult� marcos. — Est醩 m醩 blanco que un muerto—

  —縉o escuchaste nada?

  —緾omo qu�?

  —Nada, vamos a nadar.

  Ambos amigos se dirigieron hacia la playa. Eduardo no le dijo nada a Marcos, pero acababa de escuchar una voz que le advert韆:

  —No entres al agua.

  Eduardo lo obvi� y prosigui� hacia la playa. Sin embargo, la voz repet韆 el aviso. El chico empez� a caminar m醩 despacio, tanto que Marcos le adelant�. A medida que se acercaba al agua, la voz se hac韆 m醩 intensa:

  —Hay muerte en el agua, ni駉 est鷓ido.

  Eduardo se detuvo a unos metros del agua, con los ojos abiertos, el sudor recorr韆 su espalda, sus ojos se hallaban ausentes, como perdidos en un pasado lejano. En este momento, su mente viaj� en un recuerdo de su ni馿z: ten韆 siete a駉s, lloraba para que sus padres le llevaran con ellos de compras. Unos minutos despu閟, sollozaba para que le dejaran quedarse en casa. Ese mismo d韆, el ni駉 escuch� una voz rasposa, de anciano, con tono amenazante, la cual le aterroriz� con todo tipo de amenazas. Horas m醩 tarde, sus padres tuvieron un accidente y murieron. Ahora esa misma voz volv韆 a hablarle.

  Los gritos le hicieron retornar a la realidad, bramidos tan intensos que sobrepasaban el sonido de las olas. Los chicos estaban metidos en el agua, la marea arrastr� un banco de medusas y los chicos quedaron justo en medio. Cuando sali� de su trance, corri� a llamar a urgencias. Una tragedia, los bancos de medusas, que no eran habituales de la zona, acabaron en esa playa por pura casualidad. Un accidente, una p閞dida lamentable para todos.

  Marlene, Madelen y Esdras estaban demasiado mar adentro como para regresar a la orilla, las medusas los atraparon y se ahogaron. Willy y Marcos fueron los 鷏timos en entrar al agua, sufrieron varias quemaduras, pero lograron regresar a la orilla. Eduardo hab韆 escapado ileso por segunda vez. Eduardo guard� silencio acerca de su experiencia.

  Desde ese instante, su vida no fue muy normal. Todo parec韆 girar en torno a 閘, pero solo en las desgracias; todo se convirti� en problemas y accidentes. Incluso en un mismo d韆 por poco muere tres veces, letreros que se desprend韆n s鷅itamente, coches cuyos frenos fallaban y casi le atropellan, ladrillos que ca韆n de edificios& Afortunadamente, Eduardo recib韆 una alerta unos pocos segundos antes y evitaba el fatal desenlace.

  En una ocasi髇, esta voz le advirti� no tocar la puerta de su edificio, Eduardo se qued� de pie al lado del buz髇. Cuando uno de los vecinos intent� salir, casi se electrocuta. Un bizarro cortocircuito electrific� la puerta principal. Eduardo pate� al pobre hombre para despegarlo. Para ese vecino y su mujer, Eduardo era un h閞oe, no obstante, no se imaginaban que Eduardo sab韆 del peligro y, simplemente, esper� que alguien m醩 cayera en la trampa.

  —Esto es rid韈ulo —murmur� Eduardo para s� tras volver a su apartamento y dejarse caer en el sof�.

  Ese d韆 se qued� en casa. Se debat韆 moralmente entre el hecho de que sobreviv韆 a un mont髇 de accidentes y situaciones que surg韆n inexplicablemente. Sin embargo, mucha gente a su alrededor mor韆 y esto le hac韆 sentir culpable. M醩 de una vez procur� charlar con esta voz, pero acababa hablando solo. Se trataba de un sistema de una sola direcci髇. Con el tiempo, dej� de intentarlo.

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