Capítulo XXIII Valioso
Clinton despert� en una habitaci髇 cerrada, no ten韆 claro cu醤to tiempo hab韆 pasado desde que lo apresaron. La cama era c髆oda, sin embargo, una piedra sanguijuela manten韆 su energ韆 m醙ica a cero; sus piernas y manos estaban atadas y cubiertas con guantes r韌idos. Lo 鷏timo que recordaba era la tortura a la que le sometieron los reguladores. No ten韆 sentido aguantar tal dolor; nadie vendr韆 a rescatarlo, as� que prefiri� 玞olaborar� por el momento. Hab韆 brujos al servicio del reino y lo sab韆 desde el d韆 en que puso sus manos en su uniforme de regulador. Ese era su plan de salida. Mientras fuese 鷗il no le matar韆n. Con sus conocimientos acumulados en los 鷏timos a駉s sobre Van Vatnik, estaba seguro de su val韆. Tras confesar, vinieron a por 閘 miembros de la corte para un interrogatorio m醩 玴rofundo�. Su apuesta hab韆 dado frutos; estaba vivo. Clinton pas� a manos de los magos de la corte real y luego informaron a Celent de que hab韆 muerto durante el interrogatorio.
—Brujo Clinton van Ferra, un placer verle despierto. —Hab韆 un hombre sentado en un sof� a su derecha. Unos segundos despu閟 tocaba a la puerta de la habitaci髇 con una cadencia establecida.
—Si sigo vivo quiere decir que me necesit醝s para algo o los brujos que trabajan para el reino est醤 interesados en lo que s�. —Clinton fue directo al asunto sin perder tiempo.
—Excelente deducci髇, est� en parte en lo correcto —dijo el hombre frunciendo el ce駉. No le gustaba la forma en la que Clinton le hablaba de forma casual. Tal vez hab韆n sido muy hospitalarios y el joven no entend韆 su posici髇 como prisionero. Un error de su parte.
Pocos segundos despu閟, un grupo de personas entraba en la habitaci髇, tanto hombres como mujeres. Todos bien vestidos y con insignias de magos duales. Por las insignias, ten韆n un dominio primario de diferentes elementos y una menor en magia de sombras.
—緾u醠 era exactamente el prop髎ito de tu hechizo, brujo? —pregunt� una mujer de baja estatura y obesa, de pelo negro enrollado en un mo駉.
—Deber韆 ser un dios ahora mismo— dijo Clinton con una sonrisa. Forzar los m鷖culos de la cara le causaba dolor por las quemaduras que a鷑 cicatrizaban. —pero obviamente, algo sali� mal.
—Los dioses no existen, muchacho. Abandonamos la religi髇 tras el nacimiento de la magia, solo un idiota como Van Vatnik ser韆 tan egoc閚trico. No hay dioses, solo magia y magos —dijo el hombre sentado en el sof�—. 縏enemos que torturarte de nuevo? Eres inteligente, por lo que sabes que est醩 entre magos que usan magia arcana, aunque lo hacemos de forma controlada, por el bien y progreso del reino. Valoramos el conocimiento sobre todas las cosas, pero no te pases de listo, hay suficiente conocimiento de magia arcana en esta habitaci髇 para encontrar la soluci髇 a lo que sea que hizo tu peque駉 hechizo sin tu colaboraci髇. Tu vida pende de un hilo, chico.
Clinton sab韆 que ten韆n raz髇, no quer韆 volver a pasar por horas de tortura, as� que decidi� contarles sobre su hechizo.
—Seg鷑 los apuntes de Van Vatnik, hay un mont髇 de energ韆 ca髏ica disponible, es una fuente de energ韆 inagotable, pero para abrir el v韓culo con esa fuente de energ韆 se deben combinar los elementos, es decir, la energ韆 vital y m醙ica de magos de diferentes elementos en un 鷑ico recipiente. Por suerte para m�, el ingrediente perfecto se present� en mi camino. El hechizo funcion�; mi ingrediente fue capaz de absorber el miasma y usarlo como energ韆. Pero ese haz de luz no hizo nada y al final el recipiente explot�. Debo haberme equivocado en algo.
—Este chico no tiene ni idea de magia arcana —dijo la mujer obesa con gesto de sorpresa—. 緿髇de est醤 los apuntes de Van Vatnik?
—En mi mente, he destruido todo.
—T�, peque駉... Melan, encargate t�— dijo la mujer obesa mirando al hombre del sof�. —No tengo ni tiempo ni paciencia para lidiar con un ni馻to. El muy tonto no tiene ni idea de lo que ha causado y lo peor es que a鷑 sigue pensando que se convertir� en un ser todopoderoso. S醕ale todo lo que sepa de Van Vatnik como debas y luego. Ejecutadlo—. La mujer y el resto de los magos salieron de la habitaci髇.
Por primera vez en su vida, Clinton empezaba a sentirse nervioso. Obviamente esa mujer ten韆 un alto rango en la corte, por lo que la forma en la que le rest� importancia a su conocimiento era una mala se馻l.
—Eso fue muy tonto de tu parte. Ahora la gran mayor韆 de la Corte Oscura te considera in鷗il —le reproch� Melan con un gesto de decepci髇—. Por suerte para ti, yo tengo otra perspectiva. Primero, d閖ame felicitarte por el 閤ito de tu hechizo. Segundo, debo advertirte que eres el hombre m醩 despreciado de este lado de los tres mundos. Aunque no s� qu� opinan los dragones al respecto.
—緿ragones? —pregunt� Clinton confuso.
—Al parecer, tu peque駉 hechizo ha roto alguna barrera entre mundos. La Dinast韆 y el Reino de Orphen, por medio del Desierto Infinito y la selva de Morr, se han conectado con lo que parece ser un mundo de dragones. Se han visto unos cuantos volando cerca de las ciudadelas cercanas a la selva y el desierto... Tendremos que cambiarle el nombre, al parecer ya no es infinito. En fin todos los reinos temen que tengamos que iniciar una guerra contra esos reptiles gigantes.
Clinton se qued� mirando a Melan con cara de estar perdido, nada de esto estaba escrito en las notas de Van Vatnik... Dragones?, 縪tros mundos?�.
—Suponemos que Van Vatnik hizo ese hechizo cuando era muy joven, no ten韆 tanta experiencia y no sab韆 c髆o controlar bien la magia arcana. El hechizo libera la fuente de esa energ韆, no la controla.
—La magia arcana es poderosa, acabar con los dragones o lo que sea no ser韆 dif韈il. —Las palabras de Clinton sonaban arrogantes y condescendientes.
—En verdad eres un ni駉 tonto, como dijo Lidia —le reproch� Melan.
—Tanto poder desperdiciado y 縴o soy el tonto?
—Chico, 縋or qu� crees que tienes la enfermedad del miasma? El uso de magia arcana vuelve ca髏ica tu energ韆 m醙ica natural, 縩o te has preguntado qu� le pasa a la mayor韆 de los brujos?
—Los reguladores los matan.
—緾u醤tos brujos has visto caer a manos de los reguladores?
Clinton se qued� pensando.
—Correcto. Muy pocos, la mayor韆 mueren por culpa de la enfermedad o se suicidan por el frenes� arcano.
—縁renes� arcano?
—縉o lo has notado en ti mismo? Un brujo que ha usado mucha magia arcana se vuelve adicto al poder, cada vez se obsesionan m醩 y m醩, hacen experimentos cada vez m醩 peligrosos y, si se encuentran en una situaci髇 en la que no tienen nada que sacrificar, empiezan a quemar su propia vida, como le pas� a Van Vatnik.
—Un momento, 縜 Van Vatnik no lo mataron los magos de la corte?
—Ya quisi閞amos, Van Vatnik fue el mago m醩 poderoso de la historia. Apenas pod韆n hacerle frente. Van Vatnik cay� en el frenes� arcano y acab� consumiendo su propia vida.
—縏oda la historia es mentira?
—Generalmente, s�. Escucha, muchacho, no estoy aqu� para darte una clase de historia; te necesitamos para estudiar el hechizo que has hecho y ver c髆o usarlo como arma contra nuestros posibles enemigos. Esos dragones son impresionantes y no sabemos cu醤to da駉 pueden hacer, pero no creas que eres indispensable, hay suficientes magos con conocimiento de magia arcana en la corte como para deshacernos de ti sin que represente un problema. Quiero que recuerdes eso. Te dejar� solo para que pienses un rato.
Melan se march� de la habitaci髇. Clinton se qued� solo con sus pensamientos. Sab韆 que el 鷑ico motivo por el que segu韆 vivo era porque ten韆 valor para los magos de la corte, quer韆n el hechizo y los conocimientos que hab韆 aprendido de las notas de Van Vatnik. Si no fuese por eso, le habr韆n ejecutado justo despu閟 de la tortura.
玍ales lo que tienes, lo que sabes o lo que puedes aportar�, dijo Clinton para s� mismo mientras miraba al techo. Su vida estaba en juego; ten韆 que ser m醩 astuto y habilidoso que nunca.
Mientras tanto, en el Reino de Orphen y la Dinast韆 de Poem se ve韆n continuamente dragones sobrevolando algunas ciudadelas. La vista de los enormes reptiles aterrorizaba a la poblaci髇. La primera vez que un pastor volvi� al pueblo gritando que hab韆 visto un drag髇, dejando abandonadas sus cabras, todo el mundo pens� que se hab韆 vuelto loco, pero cuando incluso caballeros, comerciantes y nobles empezaron a verlos en las zonas m醩 retiradas de las grandes ciudades, las cosas cambiaron, ahora reinaba el p醤ico.
—Buenos d韆s, soy Milton de Ramgo, de la noble casa de Ramgo. Solicito una audiencia con su majestad. —Un campesino de unos cuarenta a駉s se presentaba a la entrada de Telasa, la ciudad real.
Los guardias miraron al hombre durante unos segundos antes de echarse a re韗. Milton ten韆 un viejo traje gastado, no era la ropa de un plebeyo, pero hab韆 visto mejores d韆s. Sus manos sucias y el rostro quemado por el sol delataban que era un pobre diablo campesino, tostado de labrar la tierra, probablemente un infeliz sin dos centavos a su nombre. Que solicitara una audiencia con la realeza era pura comedia.
—R韆nse todo lo que quieran, pero a mediod韆 de hoy, vendr� por el norte un gran drag髇 —dijo Milton se馻lando a su espalda.
La menci髇 de un drag髇 detuvo las risas, los guardias apuntaron sus lanzas a Milton, el cual se puso nervioso. Tener las lanzas en su direcci髇 le record� su encuentro con el drag髇. Estaba trabajando en el campo cuando una enorme sombra lo cubri� del sol, alegr醤dole un poco el d韆. Solo cuando el viento intenso y la sensaci髇 de tener algo detr醩 de 閘 le oblig� a darse la vuelta entr� en p醤ico. El enorme drag髇 ten韆 el tama駉 de un edificio de dos pisos. Los nervios se apoderaron de Milton, que perdi� el control de sus esf韓teres. Sus pantalones se llenaron con las heces y la c醠ida orina.
—No tengas miedo, criatura. —Una voz reson� en los o韉os de Milton—. 縋uedes entenderme?
Milton segu韆 de pie mirando al drag髇. Sus piernas se hab韆n transformado en dos trozos de gelatina temblorosa. Su cara estaba p醠ida, sus pupilas dilatadas, y el latido de su coraz髇 era tan r醦ido que parec韆 m醩 bien un silbido.
—Criatura, no voy a hacerte da駉, puedo asegurarlo. Levanta las patas delanteras si me entiendes —
Milton tard� unos segundos, pero tras entender el mensaje, logr� levantar las manos de forma lenta y r韌ida, como si fuesen de madera.
—Excelente. Se me conoce como Demulaer. 緾髆o se reconocen en tu especie?
—M..., M&, M& Milton —tartamude�. A鷑 continuaba petrificado, pero empezaba a creer que no era real. 縋or qu� entender韆 o le entender韆 un drag髇? 獶ebo estar so馻ndo�, se dijo.
—M M M Milton, mi raza debe pactar con tu raza, un gran enemigo se acerca.
—Ya, muy bien, pronto despertar� y todo estar� como siempre. —Milton recogi� su azad髇.
—縈 M M Milton?
—縎e駉r Drag髇?
—緿rag髇?
—S�, drag髇, t� eres un drag髇, yo soy un hombre, esto es un sue駉, pronto despertar� y nada de esto existir�... Y mi nombre es Milton, con una sola M, no M M M Milton —dijo mientras usaba su azad髇 una vez m醩 para labrar la tierra.
—Puedo asegurar que no es un sue駉; esto es tan real como el enemigo que se acerca a tu mundo. Si tu mundo no est� preparado para el combate, tu raza desaparecer�.
Milton sigui� usando su azad髇 para labrar el campo, sin hacer caso al drag髇. Demulaer emiti� un rugido y lanz� una llamarada de fuego al cielo. Milton se dio la vuelta. El calor se sent韆 en el aire, el sudor en la piel de Milton se sec� mientras miraba a la columna de flamas que se elevaba desde la boca del drag髇.
—縏engo tu atenci髇 ahora?
Tras esto fue m醩 f醕il para Milton aceptar la idea de que no estaba en un sue駉 y que en realidad ten韆 un drag髇 frente a 閘. Habl� un rato con el drag髇. Ten韆n diferencias culturales y de expresi髇, pero eso no limit� mucho el entendimiento. A pesar de que pod韆n entenderse, no hablaban el mismo idioma. Seg鷑 le explicaron, los dragones pod韆n comunicarse con cualquier especie que tuviera inteligencia suficiente para manejar la informaci髇. Hablaban mediante su respiraci髇, sus gargantas creaban vibraciones en la misma frecuencia del idioma de las criaturas con las que se comunicaban. Mientras, los dragones interpretaban los sonidos de las dem醩 criaturas directamente en sus mentes, m醩 que palabras entend韆n intenciones. De hecho, Demulaer hab韆 perdido algo de tiempo hablando a un par de cabras antes, pero tan pronto interpret� los sonidos b醩icos de los animales, entendi� que m醩 que hablar transmit韆n ciertos estados. Solo capt� gritos constantes de peligro y miedo en las cabras, antes de que echaran a correr. No eran diferentes de otras bestias en su mundo.
Milton volvi� al presente. Ahora, con las lanzas apuntando a 閘, se sent韆 ligeramente amenazado, pero eso no era nada comparado con seis metros de drag髇.
獳l menos mis pantalones est醤 limpios�, reflexion� antes de hablar.
—Vale, supuse que esto pasar韆. No importa, esperaremos al drag髇 aqu� mismo.
Milton le dio la espalda a las lanzas y se qued� mirando al norte. Los guardias no reaccionaron, obviamente era un campesino demente. Se quedaron esperando y riendo a costa del loco. Pasaron unos quince minutos y los guardias estaban a punto de echarle a patadas cuando apunt� con su dedo a la distancia. Los vigilantes de las torres de la ciudad hicieron sonar las campanas como alarma al distinguir a la criatura. En cuesti髇 de minutos toda Telasa estaba en alerta. Escuadrones de caballeros corr韆n por la ciudad hacia la puerta Norte.
—Tenemos que ver al capit醤 Bulcho —insist韆n los guardias originales de la puerta Norte, que hab韆n dejado a otros guardias en sus puestos y hab韆n escoltado a Milton dentro de la ciudad. Tras mucho insistir y explicar algo de la situaci髇 a varios mandos intermedios, les dejaron pasar.
—M醩 vale que sea importante, hay un drag髇 ah� fuera —les advirti� Bulcho al ver entrar a los dos guardias con Milton agarrado por los brazos.
Bulcho era un hombre grande, blanco, de casi dos metros de estatura, de manos enormes, con un pelo negro, rizado y largo que sal韆 por debajo de su casco. Luc韆 un bigote fino sobre su labio superior.
—S� se駉r, es importante.
Los guardias explicaron la situaci髇 al capit醤, le contaron c髆o Milton hab韆 avisado de la llegada del drag髇 casi media hora antes.
—diotas!, hab閕s tra韉o dentro de la ciudad a un posible esp韆 enemigo.
Las caras de los guardias se tornaron p醠idas, al igual que la de Milton.
—No, no, no, no soy esp韆, el drag髇 solo quiere hablar, me dijo que si se presenta en la ciudad crear韆 un esc醤dalo, por eso necesitaba a alguien que le presentase a los humanos. Se llama Demulaer. Es un mensajero del mundo de los dragones, dice que los dragones est醤 peleando una guerra contra un enemigo nuevo, al que llaman el mundo de Caos —explic� Milton, agitado ante el capit醤.
El drag髇 a鷑 estaba a una distancia prudente de la ciudad, suficientemente cerca para ser visto pero no para ser atacado ni atacar& en teor韆. Seg鷑 los reportes, no daba ning鷑 indicio de que albergara hostilidad. Bulcho no ten韆 ni idea de cu醤 peligroso era un drag髇 y hab韆 todo un mundo de ellos, seg鷑 los exploradores que el Reino de Orphen y La Dinast韆 de Poem hab韆n enviado, un solo drag髇 podr韆 ser un evento catastr骹ico. No ser韆 閘 quien iniciara el primer conflicto entre mundos ni mucho menos en la ciudad real.
—Veremos de qu� se trata. Traigan a este —orden� Bulcho refiri閚dose a Milton, mientras caminaba hacia la puerta Norte.
En la ciudad real, los 鷑icos con m醩 autoridad que el capit醤 de la guardia eran los generales del ej閞cito, nobles de alto rango de la l韓ea de sangre real, magos de la corte y la propia familia real.
—El drag髇 se acercar� —avis� Milton al llegar a la puerta Norte con el capit醤 y un mont髇 de magos, guardias y caballeros armados hasta los dientes.
Milton levant� los brazos, haciendo la se馻l que Demulaer le hab韆 indicado cuando formul� su plan. El drag髇 se acerc� despacio a la puerta Norte. Cuando estaba a varios metros de la puerta, los caballeros le rodearon con las lanzas listas y los magos estaban preparados para lanzar sus mejores ataques en cualquier momento. El drag髇 se mantuvo sereno, no hab韆 miedo en su postura ni en sus ojos. Los hombres se ve韆n diminutos ante 閘.
—Capit醤 de la guardia Bulcho, le presento a Demulaer, enviado del mundo drag髇 —introdujo Milton.This narrative has been unlawfully taken from Royal Road. If you see it on Amazon, please report it.
—Saludos, capit醤 de la guardia Bulcho. Soy Demulaer, mi raza me env韆 a alertarles de un gran peligro que se cierne sobre nuestros mundos.
—Cuenta, drag髇 —dijo el capit醤, a鷑 sorprendido de que pudiera entender a la enorme criatura. En las leyendas humanas los dragones eran fieras salvajes que lanzaban fuego y viv韆n en cuevas, acaparando todo tipo de objetos brillantes, devoraban todo a su paso y arrasaban ciudades enteras. Pero eso eran solo cuentos, nunca nadie hab韆 visto un drag髇. Eran solo una especie de monstruo legendario. Aunque los exploradores y espi醩 de la dinast韆 ya hab韆n avisado de que los dragones parec韆n vivir en forma organizada y mostraban inteligencia, hablar con uno en persona era otra cosa.
—Hace cuarenta ciclos de la Luna, algo sucedi� en nuestro mundo. El cielo se torn� blanco por un instante, para luego romperse y volver a la normalidad. Sin embargo, en la zona del gran desierto y de la selva cambiante apareci� otro mundo a la distancia, este mundo, el mundo de los hombres. En el otro extremo, en la tierra de la noche eterna, tambi閚 ocurri� algo. La noche eterna empez� a avanzar sobre nuestro mundo, destruyendo, matando y consumiendo todo a su paso. Nuestra raza est� luchando contra el caos, pero las criaturas que habitan en la noche eterna son cada vez m醩 en n鷐ero y en fuerza. En el ciclo de luna previo sufrimos una gran derrota. El caos ha avanzado y ahora segmentos del caos aparecen en nuestro mundo al azar y tambi閚 en el vuestro.
El capit醤 sab韆 de qu� hablaba. Luego del rayo de luz las dos semanas previas, los n鷆leos de miasma se hab韆n hecho m醩 activos que nunca.
—縌u� esperan los dragones que hagamos? —pregunt� el capit醤.
—Preparaos para la guerra. El Caos y la noche eterna no se detienen, no se sacian, las criaturas que habitan en ellos no tienen miedo, no se cansan, los ca韉os en la noche eterna son invadidos por el Caos y se levantan para devorar a los vivos en un ciclo interminable. Si mi mundo muere, el vuestro lo seguir�.
—Esto es demasiado para m�. Tengo que consultar con mis superiores —confes� el capit醤. Si lo que dec韆 el drag髇 era cierto, se trataba de una guerra a muy gran escala entre mundos, no solo concern韆 a un ej閞cito o una ciudad.
Los dragones tambi閚 hab韆n enviado un emisario al Reino de Orphen y a Veldat. Los reinos del otro lado del mar tambi閚 recibieron emisarios, pero no les interesaba mucho lo que pasara tan lejos de su territorio. El reino al extremo sur era pobre, lleno de volcanes y tierras 醨idas, los dem醩 reinos les dejaban tranquilos porque no ten韆n nada de valor y la poblaci髇 era escasa. Aun as�, los dragones enviaron un emisario.
—Le pedir� que espere un momento& — El drag髇 asinti� con su enorme cabeza, tras lo cual el capit醤 volvi� a entrar en la ciudad—. Mantened seguro a De Ramgo y hacedle compa耥a al enviado —orden� el capit醤 a uno de sus subalternos.
Toda esta palabrer韆 solo quer韆 decir que mantuviesen a Milton bajo vigilancia y que estuvieran en alerta y listos para responder ante un ataque. Bulcho se apresur� a buscar a alguien de mayor rango. En este caso, los magos de la corte eran su mejor elecci髇. Los generales no eran muy buenos en diplomacia.
—Saludos, eminencia Lidia van Flunken —salud� el capit醤, haciendo una reverencia a ella y todos los presentes. En la habitaci髇 estaban varios miembros de la corte de magos. Lidia doblaba como l韉er de la corte real de magos y del segmento que estudiaba magia arcana, la llamada 玞orte oscura�. Algunos otros miembros de la corte hab韆n bajado en secreto a las cercan韆s de la puerta Norte y manten韆n vigilancia sobre el drag髇. Su principal objetivo era observar y, si se produc韆 un conflicto, evaluar el poder del enemigo y valorar los beneficios de usar magia convencional o magia arcana, si fuese necesario. Lidia ya estaba al tanto de la mayor韆 de los detalles que Bulcho les dar韆.
—Capit醤 Bulcho, ha hecho usted un excelente trabajo evaluando y manejando la situaci髇 actual, a pesar de lo inesperado de la misma. La corte est� gratamente sorprendida —adul� Lidia.
Las palabras de elogio de alguien tan importante y poderoso eran muy agradables para el capit醤, incluso exist韆 la posibilidad de llegar a general si jugaba sus cartas de forma adecuada.
—Gracias eminencia, el drag髇 que nos visita dice ser un enviado de su mundo a fin de alertarnos sobre una amenaza com鷑. He venido a solicitar vuestra sabidur韆 y decisi髇 —expres� el capit醤 con una nueva reverencia, para luego contar todo lo que hab韆 sucedido en la puerta Norte.
—Ya veo —dijo Lidia—. Esto podr韆 ser muy serio, pero no conocemos la realidad de los hechos, solo sabemos lo que nos cuenta un posible enemigo. —Lidia se qued� pensativa un momento. En realidad, los esp韆s de la Dinast韆 ya hab韆n entrado en el nuevo mundo y eran conscientes de la batalla de los dragones, hab韆n mantenido la distancia para no provocar a unas criaturas poco entendidas. Bulcho no sabia nada al respecto, no ten韆 el rango suficiente para obtener esa informaci髇.
—Capit醤 Bulcho, creemos que su capacidad para manejar la situaci髇 es ejemplar. Por este motivo hemos decidido asignarle la tarea de mantener las relaciones y contacto con el enviado del mundo drag髇. As� mismo, queremos que lleve un peque駉 grupo de caballeros confiables y de su elecci髇 a su mundo y observe usted mismo esta amenaza de la que hablan. La discreci髇 y el secreto absoluto de su misi髇 son prioridades. Confiamos en su capacidad para proteger el futuro de la Dinast韆. No nos falle.
Mientras Bulcho se encontraba en la quinta nube, so馻ndo con promociones al rango de general y tal vez en ganar m閞itos suficientes como para poder ligar alg鷑 descendiente suyo con la familia real. Los magos de la corte sonre韆n. Antes de su reuni髇 con Bulcho hab韆n llegado a la conclusi髇 de que el pobre capit醤 no era muy importante y que pod韆 ser reemplazado con facilidad. Si se presentaba alguna situaci髇 peligrosa o que requiriera un sacrificio, lo utilizar韆n como pe髇 desechable.
—Cumplir� con mi deber, eminencia —contest� el alegre Bulcho con el pecho erguido y la espalda recta. Acto seguido se dio la vuelta con un estilo militar algo exagerado y sali� del sal髇.
El capit醤 volvi� a presentarse ante el drag髇.
—Enviado Demulaer, mis superiores me han dado libertad para evaluar el peligro al que se refiere. Si nos lo permiten, me gustar韆 formar un equipo de exploraci髇 y acompa馻rle al mundo drag髇 y observar al Caos y la noche eterna que menciona por nosotros mismos —propuso Bulcho.
—Es comprensible y necesario, capit醤 de la guardia Bulcho.
—Necesitar� un d韆 para formar mi equipo, debo elegir hombres de confianza y de habilidades probadas. 緾髆o puedo contactarlo, enviado Demulaer?
—El humano Milton de Ramgo me hospeda en sus campos. Pueden encontrarme all� —contest� el drag髇.
Esto no era buena noticia para Bulcho. Pensaba retener a Milton para interrogarlo tras la partida del drag髇. Sin embargo, no era buena idea irritar a la enorme criatura.
—Vivo en la villa de Mejulas, a las afueras de la ciudadela de Duero, en camino a la torre de Liev y pr髕imo a la selva de Morr —explic� Milton ante la mirada interrogadora del capit醤.
—Muy bien, all� estaremos ma馻na, antes del mediod韆. Se駉r Milton de Ramgo, si confirmamos la situaci髇, no olvidaremos su valor y contribuci髇 a la Dinast韆 —se馻l� el capit醤, d醤dose la vuelta y haciendo a Milton sonre韗.
Una vez que el capit醤 hab韆 entrado en la ciudad, la mayor韆 de los caballeros fueron tras 閘. Aun as�, un gran n鷐ero de ellos se qued� vigilando al drag髇. Demulaer us� sus garras delanteras para sostener a Milton y alz� el vuelo en direcci髇 a Mejulas, Milton mostr� cierta cara de p醤ico al elevarse, pero ya era la segunda vez. Mejulas estaba lejos de Telasa, as� que Demulaer le hab韆 tra韉o. Mientras, en Telasa las cosas se relajaban al ver partir al enorme y alado reptil. Bulcho se dirigi� a su oficina a seleccionar a sus acompa馻ntes. Eligi� soldados habilidosos, veteranos y, sobre todo, discretos: no deb韆 crearse p醤ico.
Demulaer y Milton volvieron a Mejulas. Milton se hab韆 vuelto famoso, el l韉er de la villa y los habitantes le respetaban, nadie quer韆 provocar al 玜migo� de un drag髇.
De madrugada, dos carruajes de t鷐ulos partieron desde Telasa a Mejulas. A la salida del sol ya estaban en la villa, donde les fue f醕il encontrar al drag髇. Estaba durmiendo a la intemperie en campo abierto, cerca de los cultivos de calabazas.
Tras saludarse mutuamente, el drag髇 alz� el vuelo mientras los carruajes de t鷐ulos le segu韆n desde el suelo. Milton vio al drag髇 y a los caballeros marcharse. Bajo sus ropas y a modo de armadura, una escama de drag髇 cubr韆 su pecho. Un regalo de despedida de Demulaer.
Les tom� a Demulaer y sus acompa馻ntes un d韆 llegar al mundo de los dragones a trav閟 del desierto. Era un lugar hermoso, hab韆 campo abierto y r韔s durante kil髆etros, la tierra se ve韆 verde y f閞til, a lo lejos, un volc醤 enorme marcaba el centro de este mundo, cordilleras monta駉sas se derivaban de 閘, pero no hab韆 tiempo para disfrutar el paisaje, evaluar el peligro era lo m醩 importante. Les tom� otro d韆 llegar al frente de batalla y lo que observaron all� dej� a Bulcho y a sus hombres con los ojos y bocas abiertas.
Las delegaciones de otros reinos tambi閚 estaban presentes, todos en la misma situaci髇 de shock. Frente a ellos se extend韆 una marea de miasma que avanzaba lentamente. G髄ems, mugrirers y otras criaturas que no hab韆n visto nunca avanzaban sobre la tierra. El miasma era tan denso que solo con el contacto con las rocas y el musgo de la tierra, nuevas criaturas se levantaban. Cientos de dragones descend韆n del cielo sin descanso, lanzando llamaradas por sus fauces, que incineraban a los monstruos en el miasma. Un sudor fr韔 corr韆 por la espalda de los caballeros; un solo drag髇 podr韆 ahogar una ciudad en un mar de flamas en segundos, su poder destructivo era asombroso.
—緾u醤to tiempo dura esta batalla? —pregunt� Bulcho.
—El conflicto se inici� de inmediato tras la ruptura del cielo. Uno de los nuestros vio el Caos avanzar y avis� al l韉er. En el momento en que llegamos a ver qu� suced韆, el Caos ya hab韆 reclamado mucho de nuestro mundo. De vez en cuando han aparecido zonas de Caos en nuestro mundo, pero esto nunca hab韆 pasado, no hemos parado de combatir desde entonces—contest� Demulaer.
—縌u� es eso? —pregunt� un caballero.
Una pelota negra hab韆 salido disparada desde el miasma y surcaba los cielos. Al caer al suelo, un lodo negro se esparci�. Uno de los dragones us� su aliento para quemar el lodo negro de inmediato.
—Semillas de miasma. Si caen al suelo y no se eliminan, expanden el miasma —contest� Demulaer.
—Demulaer, estos son los enviados del resto de reinos —dijo un drag髇 negro que se acercaba con varias personas de diferentes sexos.
Hab韆 caballeros y magos de Orphen, Veldat, incluso del Reino del Sur. De inmediato, tanto los caballeros del Reino de Veldat como los de la Dinast韆 de Poem, empu馻ron sus armas con fuerza, pero nadie desenvain�. Los dragones ten韆n un gran efecto disuasorio. La guerra entre Veldat y la Dinast韆 se hab韆 enfriado tras la aparici髇 del mundo de los dragones, pero a鷑 no hab韆 parado.
—Capit醤 Bulcho, este es Vrain. Se encargar� de explicar la situaci髇 y los planes que tenemos. Yo volver� al campo de batalla —inform� Demulaer caminando varios metros para luego abrir sus alas y elevarse, uni閚dose a la batalla.
—Como pod閕s ver, incluso nuestras flamas no son suficientes para vencer. El enemigo no siente miedo, no teme a la muerte y simplemente avanza. Nuestro l韉er, Meneol, se reuni� con los antiguos y decidieron que lo mejor ser韆 solicitar vuestra ayuda. No lo tom閕s como un insulto, creemos que sois d閎iles, pero manej醝s la energ韆 del mundo de una forma diferente a la nuestra. Vuestra ayuda podr韆 romper esta situaci髇 de equilibrio que tenemos contra el Caos y tornar la batalla a nuestro favor —explic� Vrain.
—縋or qu� deber韆mos ayudarlos? —pregunt� un caballero.
El drag髇 le mir� fijamente. Incluso sin conocer c髆o funcionaban las facciones de un drag髇, era obvio que su cara era de incredulidad. Vrain record� lo que Reivax, uno de los dragones m醩 viejos, plante� mientras discut韆n qu� hacer para recobrar la ventaja en la batalla.
—Estas criaturas, al parecer, tienen vidas cortas y son d閎iles; probablemente su forma de pensar asemejan a las de las larvas m醩 j髒enes de nuestro nido. Esperad unas criaturas ignorantes, egoc閚tricas y oportunistas.
玃or el Gran Padre, on tontos!�, pens� Vrain.
—Mirad la batalla frente a vosotros. 緾re閕s que pod閕s vencer solos al Caos? Si nuestro mundo cae, el vuestro ser� el siguiente.
Los caballeros y los enviados se miraron entre ellos, luego miraron a los dragones luchando contra la marea de oscuridad que avanzaba sobre sus tierras.
玊iene raz髇�, pensaron todos a la vez.
Una criatura parecida a un 醨bol avanz� desde la zona m醩 densa del miasma. Sus ramas negras y secas se extendieron envolviendo a un drag髇 rojo que hab韆 volado muy bajo. El drag髇 fue arrastrado hacia el miasma. Las ramas del 醨bol crec韆n y las espinas se clavaban en la dura piel del drag髇. A su vez, el forcejeo del drag髇 romp韆 las ramas. Dos dragones m醩 descendieron del cielo, su fuego atac� al 醨bol, cuyas ramas ardieron y el drag髇 capturado cay� al suelo.
Uno de los dragones continu� escupiendo fuego sobre el 醨bol mientras el otro usaba las garras de sus patas para sujetar a su compa馿ro ca韉o y volar con 閘 fuera del alcance del miasma. Una vez la operaci髇 de rescate hubo finalizado, varios dragones unieron su fuego y quemaron el 醨bol hasta reducirlo a cenizas.
—縌u� era eso?—pregunt� un caballero del Reino de Orphen.
—Un Ente, sus ramas son muy peligrosas, crean y lanzan las semillas de miasma. Hemos tenido suerte, eliminar un Ente es un logro— explic� Vrain.
—S�, pero hab閕s perdido un drag髇 —dijo Bulcho.
—ah!, Floo estar� bien. En dos ciclos de luna, lo que llam醝s d韆 y noche, estar� como nuevo, el gran padre curar� sus heridas.
—縀l gran padre? —pregunt� un mago de Veldat.
—El gran padre es la vida de todo nuestro mundo; su calor nos hace crecer y nos protege. Mientras m醩 cerca al gran padre, m醩 resistente es nuestro cuerpo y m醩 caliente nuestra flama. —Vrain miraba a la gran monta馻 a lo lejos, la cima del volc醤 liberaba un humo blanco de forma continua.
Los enviados se quedaron varios d韆s reuniendo informaci髇. Tal como hab韆 dicho Vrain, Floo hab韆 vuelto al campo de batalla dos d韆s despu閟. Su carbonizada piel se hab韆 recuperado. Sin embargo, no todo eran victorias; a veces alg鷑 drag髇 ca韆 ante el enemigo y fallec韆 antes de ser rescatado. Lo peor de todo era cuando no lograban sacar el cuerpo del miasma y el drag髇 volv韆 como un no muerto. Cuando eso suced韆, los dragones perd韆n kil髆etros de terreno en un solo d韆. Los dragones eran fuertes y majestuosos por naturaleza y un drag髇 no muerto era casi imparable. En lugar de fuego, sus fauces emit韆n miasma concentrado, que contaminaba todo a su alrededor.
Los enviados de los distintos reinos llegaron a un acuerdo. Se promover韆 un tratado de paz entre el Reino de Veldat y la Dinast韆. Informar韆n a sus diferentes monarcas de la situaci髇 y se valorar韆 crear una coalici髇 en alianza con los dragones.
—Bienvenido, capit醤 Bulcho. —Lidia presid韆 la reuni髇 en la que Bulcho dar韆 su informe.
El capit醤 se encontraba en un sal髇 amplio del castillo real, frente a 閘 y a su alrededor se extend韆 una amplia mesa en forma de U. Sentados en las sillas estaban varios miembros de los magos de la corte, generales del ej閞cito y un grupo de personas enmascaradas.
獷sto es muy serio�, pensaba el nervioso Bulcho. 獷sos enmascarados podr韆n ser miembros de la realeza, magos titulados, magos secretos de la corte, incluso su majestad podr韆 estar frente a m�. Esta es mi gran oportunidad�. Sin quererlo, hab韆 adivinado correctamente, todos estaban presentes.
—Ya hemos le韉o su reporte, capit醤. Lo que cuenta es incre韇le, nos gustar韆 que nos dijera con sus propias palabras cu醠 ha sido su experiencia.
—Ser� un placer, su Excelencia.
Bulcho cont� con lujo de detalle lo que hab韆 observado, la batalla, lo que hab韆 aprendido de los dragones, del enemigo com鷑 e incluso ofreci� algunas de sus observaciones personales.
—Entonces, capit醤 Bulcho, 縠s su valoraci髇 personal, tras lo observado, que si no colaboramos con los dragones y estos pierden la guerra, nuestro mundo podr韆 ser destruido? —pregunt� un enmascarado.
—As� es, su excelencia, no me cabe duda.
—Muchas gracias por su arduo trabajo, capit醤 Bulcho, tomaremos en cuenta su desempe駉 para futuras promociones. Por supuesto, esto depender� de su desempe駉 y su capacidad para mantener esta informaci髇 bajo control. Le recomiendo que sea disciplinado con sus hombres, no queremos que cunda el p醤ico. Puede retirarse —le despidi� Lidia.
—Entiendo su excelencia, no les defraudar�. —Bulcho sali� del sal髇 con paso apresurado, alegr醤dose de haber elegido hombres de confianza.
—Ese peque駉 imb閏il, mediocre intento de brujo, nos ha condenado a todos —dijo un hombre quit醤dose la m醩cara. Ten韆 unos cincuenta a駉s, ojos de un verde claro brillante, su pelo y bigote rubio muy bien cuidados—. Si los dem醩 reinos se enteran de que todo esto ocurri� por culpa de uno de nuestros magos, que para colmo es un regulador, tendremos mil problemas entre manos. Todos los reinos podr韆n unirse en nuestra contra.
—Muy tarde, su majestad. Emitimos una orden mordaza a todos los implicados, pero aun as� los esp韆s ya tienen algo de informaci髇. Se sabe que esto fue producto de magia arcana y que fue un brujo de nuestro reino. Por suerte no saben que fue un regulador, ni mucho menos que a鷑 lo tenemos bajo arresto. Nuestros propios esp韆s nos informan que los otros reinos est醤 pensando en tratar de hacernos pagar indemnizaciones por los posibles gastos y da駉s que sus ej閞citos sufran en esta guerra —coment� Lidia.
—Quiero a ese mocoso muerto tan pronto como no lo necesitemos. Torturadlo y sacadle la informaci髇 r醦ido —dijo el rey.
—Padre, creo que esa no es la aproximaci髇 m醩 adecuada —refut� una chica con facciones similares a las del rey. Su aspecto delgado, cara joven, palidez, ojos claros, le daban una cierta belleza m髍bida. Ten韆 el cabello rubio y largo bordado en una trenza.
—Mable, 縬u� est醩 planeando ahora? —pregunt� el rey. Conoc韆 a su hija, era una mujer astuta y calculadora, a veces tem韆 un d韆 tenerla en su contra. Las estratagemas que hab韆 urdido para destruir a algunas familias nobles eran temibles, nadie esperar韆 tanta malicia de una chica tan joven.
—La causa fue magia arcana, deber韆mos usar magia arcana para solucionarlo tambi閚 —coment� Mable mirando a Lidia.
—Eso es l骻ico, pero no es posible, su majestad. En realidad ya tenemos toda la informaci髇 concerniente a la maldici髇 que Clinton van Ferra utiliz�, pero existe un problema: incluso si encontr醩emos una maldici髇 que hiciera lo opuesto, nos ser韆 imposible de realizar.
Tanto el rey como su hija Mable miraron a Lidia, levantando una de sus cejas en se馻l de que quer韆n m醩 detalles.
—Van Ferra ten韆 un ingrediente imposible de conseguir. Un pentamago no se hab韆 visto en la historia. Llam� mucho la atenci髇 como material de estudio, pero no ten韆 nada de especial. Lo estudiamos durante los dos a駉s de su estancia en la torre de Liev. Nunca se nos ocurri� hacer algo tan rid韈ulo como esa maldici髇 de Van Vatnik —explic� la maestra Emeral.
Entre los enmascarados se encontraban cuatro de los cinco maestros de la torre, solo Delf韓 estaba ausente en la reuni髇. No estaba al tanto de la existencia de la corte oscura ni de muchas cosas, despu閟 de todo era solo un mago de sombras dual con una afinidad de rango aceptable para el fuego, pero no era un mago a la altura de la corte, no era m醩 que pe髇 鷗il y alguien a quien los verdaderos maestros de la torre relegaban las tareas aburridas y el papeleo.
—Me parece que s� ten韆 algo de especial, 縩o creen?, Me parece claro teniendo en cuenta el problema en el que nos encontramos ahora mismo —refut� Mable—. He hablado antes con Lidia. Seg鷑 tengo entendido, casi todo es posible con magia arcana... siempre y cuando pagues el precio.
—Su Majestad, no es posible, la cantidad de vidas que tendr韆mos que sacrificar es astron髆ica. No podemos... —La mano levantada de la princesa detuvo el discurso de Lidia.
—Los dragones no saben nada sobre magia. Seg鷑 los reportes de nuestros esp韆s, los caballeros de la expedici髇 de reconocimiento y el capit醤 Bulcho, los dragones se basan en sus habilidades naturales para usar fuego y su fuerza f韘ica para combatir. Parecen majestuosos, pero solo son lagartijas superdesarrolladas. Para m� son solo animales que pueden pensar, simplemente tenemos que ser m醩 inteligentes que ellos, los usaremos como sacrificio —plante� Mable como si se tratara de la cosa m醩 obvia del mundo. Un escalofr韔 recorri� la espalda de todos los presentes.
—Eso... podr韆 funcionar— acept� Lidia tras pensar un rato.
—Hay una posibilidad —propuso Emeral. Ella y Robalt hab韆n explorado el mundo de los dragones de forma discreta desde que los emisarios fueron enviados.
—Todo el mundo de los dragones est� conectado a un solo volc醤, el Gran Padre, como lo llaman los dragones. No es solo un volc醤 activo, tambi閚 es su hogar y parte vital de su ecosistema. Lo m醩 interesante es que el mismo volc醤 irradia energ韆 elemental de fuego. Los dem醩 elementos son d閎iles en comparaci髇, pero est醤 presentes. Ese pulso de energ韆 es id閚tico a la energ韆 elemental m醙ica de un mago —dijo Emeral.
—縌u� quieres decir? —pregunt� Lidia.
—Que el mundo de los dragones est� vivo, el gran padre no es solo un volc醤, es m醩 bien una masa de vida y energ韆 m醙ica inconsciente —contest� Robalt.
Una sonrisa se dibuj� en la cara de Mable. —Un pentamago gigante.
Todos los presentes entendieron las implicaciones de esta informaci髇.
—Esta estrategia es posible, pero usar todo un volc醤 en una maldici髇 de magia arcana... ser� complicado y tomar� mucho tiempo, la sola cantidad de diagramas que hay que crear tomar� meses —coment� Lidia.
—Adem醩, debemos encargarnos de los dragones, no permitir醤 que sacrifiquemos su mundo sin m醩 — coment� Robalt.
—Si vamos a hacer esto tenemos que ser discretos. Solo los presentes sabr醤 de nuestros planes, los magos de la corte oscura se encargar醤 de plantar los diagramas alrededor del volc醤. Ser� lento, pero es lo m醩 seguro —a馻di� Lidia despu閟 de pensar un rato y discutirlo con los otros magos de la corte.
Las ambiciones crecieron mientras m醩 se fraguaba el plan. Si todo marchaba de acuerdo con la estrategia, no s髄o asestar韆n un golpe al Caos, sino que levantar韆n una nueva barrera y eliminar韆n de un golpe a los dragones y su mundo; despu閟 de todo, nada garantizaba que no tendr韆n que luchar luego contra ellos. Los dragones no ten韆n ning鷑 motivo para no intentar conquistar el mundo humano una vez que el enemigo com鷑 estuviera neutralizado. Adem醩 de esto, Mable plante� utilizar la situaci髇 para debilitar a los otros reinos. La Dinast韆 pod韆 retirar a los magos de alto rango y caballeros m醩 prominentes del campo de batalla justo antes de ejecutar su plan, de esta forma los ej閞citos de otros reinos quedar韆n atrapados en el ataque sorpresa, destruyendo su potencial militar. La Dinast韆 de Poem ser韆 la fuerza dominante en el continente durante los pr髕imos cientos de a駉s. Varios p醞aros con una sola piedra.